martes, 31 de mayo de 2016

CARLOS EDMUNDO DE ORY: "ESCRIBO POESÍA A BOCAJARRO" DE LA RISA

Así me habló Eduardo Chicharro: “… Yo no quiero decir ya nada, nada mío. Yo no quiero escuchar ya más que locuras que se digan; las sandeces y los disparates. Quiero oír las blasfemias, los llantos y las maldiciones. Y no me fijaré más que en lo que dicen los niños, y no entenderé sino a los poetas. Pero a los verdaderos. A esos que no dicen lo que creen o lo que sienten, sino lo que oyen desdes lejos o desde dentro.”

El próximo jueves 2 de junio, en el chaflán de la Librería La delicia de leer, el piojo eléctrico tiene el honor de rescatar en sus Delicias Surrealistas, a un clown de la poesía española de la segunda mitad del siglo pasado, quizás el único payaso que se tomó en serio la tarea de crear libremente en la noche oscura del franquismo.

¡Risa! ¡Risa! La risa es todo. La Poesía es risa. La vida es risa. Lo profundo es la risa. Y la risa es el canto de los órganos. La risa es el canto de la materia.

No tomes en serio la seriedad.

Raros son aquellos que se quedan a solas con su risa.

Renuncia a todo menos a tu risa.

Decir tonterías es higiénico.

Fundador del postismo, del introrrealismo, de la poesía abierta y colectiva, se exilió voluntariamente a Francia. Carlos Edmundo de Ory (Cádiz, 27 de abril de 1923 – Thézy-Glimont, 11 de noviembre de 2010) era sin duda un aerolito singular.

Si en la épocas de las vanguardias literarias y artísticas, se hubiera fundado el ISMOISMO, el sufijo ismo sería también prefijo.

El único ismo practicado individualmente por el género humano es el egoísmo.



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VIENTO DE INVIERNO

Cuando se besan nuestras bocas en la noche
Cuando se besan de noche nuestras bocas
Cuando de noche la noche besa al suelo
Allí lejos se enfrían allí lejos
Allí lejos el gran invierno gime
Allí lejos el gran trueno lejano
Lanza un suspiro inmenso y besa al mundo.

Te escucho oh beso tumultuoso
Corazón de estearina caliente
Oh la noche es una boca de negros dientes
Y nos besan bocas de animales grandes
Bocas pequeñas de animales grandes
Boca de mina y nalgas de la noche
Pasos de paquidermo sobre el vientre.

Salta el invierno con sus muslos de nieve
Salta y agita sus brazos de ladrillo
Salta como un horrendo gorila beodo
Besamos ojos de mujeres bestiales
Nos besamos besando la nada y la sombra
Besamos las bocinas de automóviles fríos
De barcos fríos con faroles tristes
Besamos encendidos termómetros de hielo
Dentro de la habitación habitual conventual.

Estamos en un hospital de muertos crisantemos
Estamos dentro de una nevera encendida
Estamos bajo un palacio de mantas invernales
Y los besos los besos lloran todavía lejos
Todavía lejos en los campos en las nubes.

Se besan los hombre de la muerte en el viento
Se besan los vientos y la noche y la muerte
El invierno baja de un tranvía esta noche
Damos besos en la pared estamos solos
Estamos solos estamos solos en el humo del té.