lunes, 27 de octubre de 2014

CORAZÓN A CORAZÓN por Pierre Reverdy

[Poeta francés nacido en Narbona el 13 de septiembre de 1889. Inició estudios primarios en su pueblo natal y en Toulouse. A los veinte años,  movido por sus inquietudes literarias, se trasladó a Paris y se instaló en Montmartre  donde trabajó como corrector de imprenta, y se relacionó con los personajes más importantes del arte y la literatura, como Picasso, Apollinaire, Aragon, Breton, Tzara, y otros. Como inspirador del movimiento surrealista, fundó con sus   amigos  la Revista Nord-Sud,  dedicada también al cubismo. En 1926, convertido al catolicismo, se retiró cerca a la Abadía de Solesmes donde continuó las producción poética y produjo la mejor parte de su obra: "Sources du vent", "Ferraille" y "Le chant des morts". Falleció  en Solesmes  el 17 de junio de 1960.

(Extraído de A media voz)]

Pierre Revedy, el hombre que concibió el poema 
como un maravilloso puzzle.


Por fin heme de pie
He pasado por ello
Alguien pasa también por ello ahora
Como yo
Sin saber dónde va

Yo temblaba
Al fondo del cuarto el muro era negro
Y temblaba también
Cómo pude franquear el umbral de esa puerta

Se podría gritar
                   Nadie oye
Se podría llorar
                           Nadie comprende

Encontré tu sombra en la oscuridad
Era más dulce que tú misma
Otrora
Estaba triste en un rincón

La muerte te ha traído esa tranquilidad
Pero hablas hablas todavía
Querría dejarte
Si solo viniera un poco de aire
Si el exterior nos permitiera aún ver claro
Nos asfixiamos
El techo pesa sobre mi cabeza y me empuja
Dónde ponerme dónde partir

No tengo bastante sitio para morir
Dónde van los pasos que se alejan de mí y que escucho
Allá lejos muy lejos
Estamos solos mi sombra y yo
La noche desciende

De  "El tragaluz oval"  1916
Versión de César Moro

Hombre en un café de Juan Gris

viernes, 24 de octubre de 2014

MANIFIESTO CANÍBAL DADÁ por Francis Picabia

[Biografía de Picabia, aquí]

Francis Picabia, un caníbal de la poesía

Son todos ustedes acusados; levántense. El orador no puede hablarles sino están ustedes de pie.

De pie como ante La Marsellesa.
De pie como ante el himno ruso.
De pie como ante el God save the King.
De pie como ante la bandera.
En fin, de pie ante DADÁ, que representa la vida y les acusa a ustedes de querer lo que sea por esnobismo, siempre y cuando cueste caro.

¿Se han sentado todos de nuevo? Tanto mejor, de esta manera podrán escucharme con mayor atención.

¿Qué hacen ustedes aquí, hacinados como ostras serias? Porque ustedes son serios, ¿no es así?

Serios, serios, serios hasta la muerte.

La muerte es cosa seria, ¿eh?

Uno muere como un héroe o como un idiota, que es lo mismo. La única palabra que no es efímera es la palabra muerte. Quieren ustedes la muerte para los otros.

A muerte, a muerte, a muerte.

Sólo el dinero no muere, se va sencillamente de viaje.

Es el Dios, aquel al que se respeta, el personaje serio – dinero respeto de las familias. Honor, honor al dinero: el hombre que tiene dinero es un hombre honorable.

El honor se compra y se vende como el culo. El culo, el culo representa la vida como las patatas fritas, y todos ustedes que son serios, todos ustedes olerán peor que la mierda de vaca.

DADÁ, por su parte, no huele a nada, no es nada, nada, nada.

Es como sus esperanzas: nada.
Como sus paraísos: nada.
Como sus ídolos: nada.
Comos sus políticos: nada.
Como sus héroes: nada.
Como sus artistas: nada.
Como sus religiones: nada.
Silben, griten, rómpanme la jeta, ¿y luego? ¿luego qué? Una vez más diré que son ustedes unos tontos. En tres meses, mis amigos y yo les venderemos nuestros cuadros por algunos francos.

viernes, 17 de octubre de 2014

LOS ELEFANTES SON CONTAGIOSOS. Las delicias del humor surrealista.


El jueves día 30 de octubre en las Delicias Surrealistas el piojo eléctrico inspirará una disertación sobre el humor en el surrealismo. Como heredero del espíritu subversivo de las vanguardias del primer tercio del siglo XX el surrealismo hizo del humor un arma para subvertir la realidad cotidiana, una realidad conservadora y gris que había hecho posible que la sociedad europea se deslizara dócilmente hacia la sangría de la Gran Guerra. El sentido del humor defendido por el surrealismo fue llamado por Breton "humor negro" y a él dedicó una antología, con la cual demostró que dicha interpretación de lo humorístico había sido una constante del arte y la literatura más inconformistas a lo largo de los siglos. El humor negro nace del espíritu lúdico e iconoclasta del surrealismo que experimenta con la unión de realidades lejanas (esa "Unión libre" que exaltó  Breton en un célebre poema) con resultados ora oníricos y deslumbrantes, ora disparatados e irreverentes. Ante todo, en el centro de esta concepción humorística del arte y la literatura está la revalorización del absurdo como antídoto frente a la estrechez de miras del racionalismo burgués y a la esterilidad del arte academicista. Dejemos pues que en la fecha más arriba señalada el piojo eléctrico se ría a mandíbula batiente de lo más sagrado. Emplazamos a todo aquél interesado en el tema a que se pase por la librería La Delicia de Leer (C/ Juan Agapito y Revilla, 10). Se ruega acudir bien provisto de actitud sacrílega.




"Soy capaz de matar a mi padre
si mi padre flotara
y yo necesitara una balsa
con la forma de mi padre
para flotar en las aguas

Soy capaz de matar a mi hermana
si necesitara sangre roja
para pintar su corazón

Soy capaz de matar a mis dos hijos
si hubiera que sustraerlos a la escuela
para que no supieran jamás
la regla de los participios

Soy capaz de matar a Dios
si tuviera que morir
a fin de que me perdone
y de que entienda que matar es tan sólo una costumbre"

"Idea Fija" por André Frederique




[A continuación dejo el texto en el que se apoyó mi disertación:]

LOS ELEFANTES SON CONTAGIOSOS. Surrealismo y humor.

El humor es una de las herramientas que usa el surrealismo para subvertir la realidad cotidiana. No hay nada que soporte menos la sociedad conservadora que el ataque a los dogmas sociales sobre los que se erige. Y eso siempre lo han tenido presente los surrealistas.

El surrealismo es, en este sentido, heredero de las vanguardias, especialmente de Dadá, y es en este punto antirromántico. El romanticismo cultivó lo grandilocuente y lo melodramático y consideró el humorismo en el arte y la literatura como algo menor, algo frívolo y superficial. El surrealismo revalorizó lo humorístico. De ahí que Breton afirmara que una de las cosas que no perdonaba a Rimbaud era su falta de sentido del humor; Rimbaud, en efecto, aunque anunciara en muchas cosas las vanguardias no dejaba de ser un epígono de la ampulosidad del romanticismo. El surrealismo consideró el humor como algo sublime y lo cultivó con pasión gamberra. Gente como Benjamin Peret, Marcel Duchamp, Man Ray, Gisele Prassinos, Leonora Carrington, Louis Aragon, André Frederique, etc. fueron grandes maestros del humor.

El humor del surrealismo no es cualquier humor. Es un tipo de humor que Breton llamó "humour noir" y que no coincide en su traducción exactamente con lo que se venido llamando en español "humor negro". El humor negro al que aludía Breton no se refería al humor que expresamente se burla de ciertos tabúes como la muerte sino un humor que nace de lo aleatorio, del azar, de la unión insólita e inédita entre realidades que habitualmente están alejadas unas de otras. Este proceso se produce en un escenario de total libertad en el que toda mordaza moral o racional ha sido pulverizada. Y es ese elemento lúdico e iconoclasta heredado de Dadá y su gusto por reducir la realidad a recortes de papel, meterlos en una bolsa y extraerlos al azar para re-hacer una realidad distinta, es ese elemento, digo, el que habría que añadirle a la expresión española "humor negro" para que alcance su pleno sentido bretoniano o surrealista.

Otro aspecto que se infiere del carácter fortuito y libre del humor surrealista es la exaltación de “lo absurdo”. Esta exaltación de lo absurdo conecta perfectamente con la exploración surrealista de lo irracional y lo inconsciente. Pero también sirve como antídoto contra la estrechez de miras del racionalismo burgués que se ha arrogado la capacidad de decidor sobre qué es de buen gusto y qué no así como contra la esterilidad del arte academicista con su tendencia al inmovilismo de la reglamentación.

Pero este tipo de humor no es algo nuevo que naciera con Breton y sus teorizaciones artísticas y literarias. Breton se dedicó a recoger textos de diversos autores en diversas lenguas y de diversos siglos (La Antología del humor negro) en los que este humorismo libre e irreverente ha campado por sus fueros. Desde el estrafalario sarcasmo de un Jonathan Swift, hasta la  sacrílega farsa de un Jarry, pasando por la exquisita ironía dandística de un De Quincey. Y aquí habría que mencionar que uno de los precedentes más remotos del humorismo surrealista sin las fatrasies francesas de la Edad Media, unos poemillas que cultivaban el absurdo y el disparate y que a menudo contenían burlas a las autoridades (especialmente al clero) y todo tipo de procacidades, siendo Peret uno de los más influidos por esta vena poética entre los surrealistas franceses. También en esta línea hay que citar las nursery rhymes infantiles en la cultura anglohablante, poemas infantiles en los que el cultivo a ultranza de la rima y la aliteración desemboca en líneas disparatadas y fantásticas. Y aquí habría que recordar que Desnos fue escritor de poemas y cuentos para niños y que buena parte de su obra para adultos tiene una fuerte influencia del cuento infantil tradicional. En concreto cabría citar un célebre poema de Desnos (que fue convertido en canción por Juliette Greco) a una hormiga gigante (“una hormiga de dieciocho metros, con un sombrero en la cabeza, no existe, no existe…”).

Ahora bien ¿cómo crea ese humor libre, aleatorio y disparatado el surrealismo?

a. Unas veces el surrealismo dota de cualidades humanas a objetos, que se mueven e incluso hablan. Pedro Cabrera lo hizo con un albornoz a rayas. O Espinosa con un sombrero abandonado  o un rayo que cae del cielo.

b. Otras veces un animal es el que se comporta como una persona. Esto se puede ver en “El tigre mundano” de Jean Ferry o en “La debutante” de Leonora Carrington, donde un tigre y una hiena respectivamente visten e incluso hablan como seres humanos.

c. A veces es una parte del cuerpo humano la que tiene vida independiente. Así en “El enamorado” de Leonora Carrington encontramos que cuando el protagonista del cuento llama a la puerta de una casa… “Finalmente una vieja cabeza se asomó por la ventana y dijo: “No sé nada. Aquí el patrón es el zorro. Déjeme dormir: usted me fastidia.”

d. También lo escatológico contribuye al humor en el surrealismo pero de una manera distinta a como lo hace en el realismo sucio donde deliberadamente se busca escandalizar al lector, algo que es absolutamente cansino y previsible. En el surrealismo lo escatológico irrumpe por sorpresa y su capacidad de iluminar áreas grotescas de la realidad antes nunca vistas es mucho mayor. Por ejemplo, el poema de Aldo pellegrini “La necesidad de la máquina de calcular” acaba: “…y calcular la distancia del hombre implacable / que se incorpora / para vomitar”. La mención del vómito surge aquí por sorpresa y contrasta con el tono grave y sentencioso del poema.

e. Imitación del lenguaje infantil también pone una nota de humor tierno en algunos poemas surrealista. Se puede citar como ejemplo el poema de Eluard “La costumbre”, en el que se lee: “Todas mis amiguitas son jibosas/ Ellas aman a su madre / Todos mis animales son obligatorios / tienen patas de mueble / y manos de ventana”. Aquí se pueden apreciar las referencias a los disparatados e imaginativos dibujos infantiles que son la base del juego de imágenes (verbales o pictóricas) de lo que los surrealistas llamaron cadáver exquisito.

f. A veces el humorismo surge de dar la vuelta al lenguaje cotidiano, especialmente en su versión más sentenciosa y moralista, como los refranes. Con ello el surrealismo se ríe del uso conservador al que se somete al lenguaje y reafirma su gusto por lo lúdico y lo aleatorio. Una muestra de ello son los Proverbios modernizados escritos por Paul Eluard y Benjamin Peret, en el que encontramos sentencias tan poco sentenciosas y tan fortuitas como  “Los elefantes son contagiosos” o “rascar a la vecina no da flores en mayo”. Unas veces, la huida de toda moralidad cae en lo hilarantemente tautológico. “A toneles pequeños, toneles pequeños” (Si el lector esperaba una moraleja al final de la frase se habrá quedado con un palmo de narices.) Otras veces el resultado es totalmente sacrílego, transgresor y pulverizador de dogmas: “Hay que pegarle a la madre mientras es joven” o “Piel que se descama va al cielo”.

g. También genera efectos humorísticos (incluso también transgresores en ocasiones) el juego permutativo de palabras.  Buen ejemplo de ello es el poema “Nacimientos” del gran poeta del humor André Frederique :

“Dos hombres del Tíbet y una mujer de religión
dan nacimiento a un niño muerto con marcas de lepra
/…/
Un hombre de carbón y una mujer de rábano
no dan nacimiento a ningún niño
/…/
Un hombre de ley y una mujer que cumple su deber
dan nacimiento a cinco agentes de la policía especial
/…/
Un hombre muerto y una mujer médica
dan nacimiento a una barba o una mandíbula”

h. Asimismo el humor surge cuando en el texto surrealista hay una fijación por objetos o seres insignificantes y marginales. Ya en el gran obra precursora del surrealismo, los Cantos de Maldoror,  vemos que Lautreamont no para de hacer referencias a animales repugnantes (piojos, sanguijuelas, sapos, etc.) a lo largo del libro. Marcel Duchamp fue más allá aún y llegó a proponer un transformador destinado a utilizar las pequeñas energías desperdiciadas de realidades tan insignificantemente cotidianas y hasta vulgares como “la exhalación del humor de tabaco / el crecimiento de cabellos, pelos y uñas / la caída de la orina y de los excrementos / … / el desperezarse, el bostezo, el estornudo / el esputo ordinario y el sanguinolento / los vómitos / la eyaculación / … / el ruido al sonarse, el ronquido / … /”.

Para acabar habría que mencionar que algunos de los surrealistas consagraron buena parte, no solo de su obra sino también su vida, al humor. Así Peret escribió buena parte de su obra poética bajo el influjo del humor más sacrílego, especialmente Je ne mange pas de ce pain-la y participó en toda suerte de juegos y happenings callejeros tan provocadores como el consistente en esconderse tras una esquina, esperar a que pase un clérigo y salirle al paso insultándole; paralelamente alguien fotografiaaba el rostro de pánico del cura. O también Marcel Duchamp, quien de hecho se vestía de mujer y se hacía llamar Rrose Selavy. O también Man Ray, creador de artilugios (ready-made) tan poco prácticos como una plancha con clavos, una manera de burlarse del utilitarismo burgués y su proyección en el arte. 

lunes, 6 de octubre de 2014

LOS CANTOS DE MALDOROR EN LAS DELICIAS SURREALISTAS (9 DE OCTUBRE, 20.30 HORAS)

“Hay horas en la vida de en que el hombre de la cabellera piojosa lanza, con los ojos fijos, miradas salvajes sobre las membranas verdes del espacio, pues le parece oír ante sí los irónicos abucheos de un fantasma. Mueve y baja la cabeza: lo que ha oído es la voz de la conciencia. Entonces sale de la casa con la velocidad de un loco, toma la primera dirección que se ofrece a su estupor, y devora las llanuras rugosas del campo.”

(Canto Tercero. Cantos de Maldoror. Isidore Ducasse.)



Maldoror Isidore Ducasse nació en 1846 en Motevideo, de padres franceses. Hizo estudios secundarios en Francia, en el colegio de Tarbes y en el liceo de Pau; luego marcha a París para preparar el ingreso en la Escuela Politécnica. Bajo el seudónimo de «Conde de Lautréamont» publica, en 1868, una obra en prosa poética, los Cantos de Maldoror, que pasa totalmente inadvertida; después publica bajo el título de Poesías dos fragmentos de prefacio para un «libro futuro» que jamás fue escrito. Muere tuberculoso en 1870. Su obra fue exaltada después de 1920 por los surrealistas; ella figura hoy como una expresión particularmente intensa de la desesperación y del frenesí romántico.

Al comienzo de los Cantos, Maldoror, el héroe, está representado en general bajo una forma humana, débil, angustiada y vulnerable, pero torturada por su lucidez hasta la desesperación, pues se han revelado en él las múltiples formas del sufrimiento impuesto a la humanidad: guerras, incendios, naufragios o enfermedades. A partir de entonces se convierte en un símbolo infernal. Caballero fantasma, visita toda la superficie de la tierra, y reviste las formas más imprevistas: se convierte en pulpo o en águila, grillo de cloaca o cisne negro. Su cólera vengativa se manifiesta por acciones de arrebato o por imprecaciones desmesuradas y violentas. La obra, por otra parte, es extrañamente diversa:  las estrofas líricas alternan con los episodios fantásticos, los períodos oratorios con las imágenes fulgurantes, pero el héroe maldito está presente en todas las páginas para ilustrar la terribles declaración del primer canto: «Yo me sirvo de mi genio para pintar las delicias de la crueldad»

( El siglo XIX. Caster y Surer. )

Este delicioso evento surrealista, patrocinado por su Alteza el Piojo Eléctrico, tendrá lugar como es habitual en la librería La Delicia de Leer, c/ Juan Agapito y Revilla, 10, 47004 Valladolid.

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