lunes, 31 de mayo de 2010

TRAVESÍA AZUL (Tríptico)


I. Cian


Los cielos emplumados
de escalas y señales
sueltan su lastre
Peinan azuladas aletas
las dunas
Por prados gaseosos
pastan los cirros
Más alto
más alto
las cometas remojan
sus trenzas en la tinta
del día embotellado
en una ola perenne
Clarines de cristal
marino
pregonan el anticiclón
Mástiles que remiendan
mangas de viento
Bandadas
de notas musicales
Palmeras a media melena
Y la luz a media asta


II. Azur

Qué nudo de pleamares
Pesquerías teñidas
de lluvia nómada
y paquebotes
desparramados
tras la tormenta de color
Y en el litoral renacido
lentos cetáceos
despliegan abanicos
salobres
tornasoles sobre las testas
difuminadas
de las gaviotas
Áurea plenitud
Una anciana
teje un jersey a rayas
en el umbral del viento
Los faros consultan sus brújulas
como relojes de pulsera
Llegan tarde a la cita
del crepúsculo
Puzzle acuático
Respiran los velámenes
a pleno pulmón
Trinquetes
y banderolas
Los candiles del puerto
abren sus párpados
bajo la carpa
de las arboladuras
A lo lejos
los delfines tensan
el horizonte
como la cuerda
de una guitarra náufraga


III. Índigo

La luna
azulea
las lonas
angulares
Ululan
las velas
sobre lisas
salinas
La luna
alumbra
ínsulas
insólitas
anclas
enclenques
y lentas
olas
solas
Lánguida
luna
nula



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domingo, 9 de mayo de 2010

FAMILIARIZADO CON LA NOCHE por Robert Frost


[Poeta norteamericano nacido en San Francisco en 1874.Al terminar estudios básicos en Darthmouth College de New Hampshire, ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard carrera que suspendió en 1899 debido a problemas de salud.En 1912, buscando un mejor futuro, viajó con su familia a Inglaterra donde permaneció tres años en los cuales publicó su primera colección de poemas "La voluntad de un muchacho" en 1913. De regreso a Norteamérica apoyado por amigos poetas como Ezra Pound, adquirió gran fama y fue reconocido como uno de los grandes poetas de su país, con trabajos como "Intervalos en la montaña" en 1916, "New Hampshire" en 1923, "El arroyo que fluye al oeste" en 1928, "Una cordillera de más allá" en 1936, "Máscara de la razón" en 1945 y "En el calvero" en 1962. Recibió el premio Pullitzer en cuatro ocasiones.Falleció en Boston en 1963.


(Extraído de A media voz)]



He sido uno de esos que saben qué es la noche.
He salido bajo la lluvia; y bajo la lluvia he vuelto.
He ido más allá de la luz más lejana de la ciudad.

Mi vista ha descendido por el más triste callejón.
He pasado al lado del sereno que hacía su ronda
Y he bajado la vista, sin ganas de explicar.

Me he quedado quieto, deteniendo el ruido de los pies,
Cuando de lejos un grito sofocado
Llegaba, por sobre las casas, desde otra calle,

Pero no para hacerme volver ni para decirme adiós;
Y aun más lejos, a una fantástica altura
Un reloj luminoso contra el firmamento

Proclamaba que el tiempo no era bueno ni malo.
He sido uno de esos que saben qué es la noche.


Fuente de la traducción:http://loqasto.wordpress.com/category/poemas/robert-frost/



viernes, 30 de abril de 2010

ALLO por Benjamin Peret


[Poeta francés nacido en Rezé, Francia, el 4 de julio de 1899. Se ganó la vida como corrector de pruebas de periódicos y luego como redactor de hechos policiales en el Petit Parisien. Se adhirió inicialmente a la corriente "Dada" y luego se retiró para acompañar a André Breton en la fundación del movimiento surrealista. Dirigió con Pierre Naville los dos primeros números de "La Révolution Surréaliste". Tomó parte en la guerra civil española, y en 1942, después de la ocupación de Francia, se radicó en México hasta 1947, año en que volvió a París para actuar junto a Breton en la dirección del movimiento surrealista. Fue el único poeta que permaneció fiel al lado de Breton, hasta su muerte acaecida en Paris el 21 de noviembre de 1959.

Extraído de
A media voz]


Mi avión en llamas mi castillo inundado de vino del Rhin
mi ghetto de lirios negros mi oreja de cristal
mi roca rodando por el acantilado para aplastar al guarda rural
mi caracol de ópalo mi mosquito de aire
mi edredón de aves del paraíso mi cabellera de espuma negra
mi tumba agrietada mi lluvia de langostas rojas
mi isla voladora mi uva de turquesa
mi colisión de autos locos y prudentes mi arriate silvestre
mi pistilo de cardillo proyectado en mi ojo
mi bulbo de tulipán en el cerebro
mi gacela perdida en un cinema de los bulevares
mi cofrecillo de sol mi fruto de volcán
mi risa de estanque oculto donde se ahogan los profetas distraídos
mi inundación de casis mi mariposa de morilla
mi cascada azul como una ola de fondo que hace nacer la primavera
mi revólver de coral cuya boca me atrae como la boca de un pozo reverberante
helado como el espejo en que contemplas la huida de los colibríes de tu mirar
perdido en una exposición de lencería enmarcada de momias te amo


Extraído de Je Sublime y traducido por César Moro.



Benjamin Peret ahuyentando a un cuervo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

POESÍA Y ROCK


Los aficionados a ambas manifestaciones artísticas nos lo hemos preguntado alguna vez ¿existen vínculos dignos de mención entre el rock y la poesía? Siempre se ha hablado de las estrechas relaciones entre música y poesía [1] pero, sobre todo esas relaciones se han aplicado al caso de la música folclórica y la música clásica, pero ¿y el rock? Vayamos por partes: la pregunta se podría dividir a su vez en otras dos, a saber, ¿ha influido la poesía en el rock? y, a la inversa, ¿ha influido el rock en la poesía?

Para contestar a la primera pregunta habría que retrotraerse a la época inmediatamente posterior al nacimiento del rock, cuando ya en la década de los 60, esta música se va despegado de los moldes folclóricos que le dieron forma al nacer (country, blues, swing, gospel, etc.) y se empieza a desarrollar como un ente autónomo. Es entonces cuando el rock empieza a buscar referentes y materiales literarios para alejarse de la intrascendencia a la que cantaba el rock and roll clásico de los 50 (chicas, juergas, automóviles, etc.) El rock desde entonces aspira a convertirse en arte. Así, los folk-rockers de la primera mitad de los 60 fueron algunos de los pioneros en la adaptación de poemas al rock. Primeramente era poesía de corte popular y más tarde (con la radicalización de la escena underground americana por la guerra de Vietnam) versos más combativos y sociales para finalmente adaptar textos más románticos e imaginativos e incluso experimentales. Un ejemplo de esto fue la adaptación del poema social “The Bells of Rhimney” del galés Idris Davies [2] por parte de The Byrds, quienes lo incluyeron en su primer LP mientras que en su disco Fifh Dimension registran una versión de “Wild Mountain Thyme”, una balada folk inspirada en un poema de Robert Tannahill, poeta escocés de finales del XVIII y principios del XIX. Por su parte, el folk singer Phil Ochs (uno de los que más incursiones hizo en el rock, junto con Dylan [3]) adaptó el largo poema narrativo “The Highway Man” del británico Alfred Noyes en su segundo disco I Ain’t Marching Anymore. Yendo más allá, otro ilustre cantautor, Leonard Cohen, musicó a nuestro Lorca más surrealista, al de Poeta en Nueva York, en su “Take This Waltz” cuya letra es la traducción al inglés del “Pequeño vals vienés” del poeta granadino.

Y hablando de Lorca, habría que hacer especial mención a la obra magna de otro gran cantautor de la era de la psicodelia, Tim Buckley, el LP simple y llanamente titulado Lorca. En él, Buckley, ayudado por un puñado de grandes músicos y un montón de substancias psicotrópicas intentó traducir a sonido la angustia, el desconcierto y la locura del Lorca vanguardista. Aquí ya no se trata simplemente de musicar un determinado texto poético (las letras de las canciones, de hecho, eran originales de Buckley) sino de convertir a la canción rock en un artefacto poético per se, al ponerlo al servicio de la más radical libertad creadora.

Portada de Lorca de Tim Buckley.

El final de la década de los 60 en el rock es comparable al romanticismo en poesía puesto que se intenta ir más allá de las estrictas formas clásicas (el folclore afro americano, principalmente) y dar más espacio a la imaginación. Es entonces, en la época de la psicodelia, punto de partida de la experimentación en el rock, cuando los músicos se lanzan a buscar inspiración en la literatura. No en vano, una de los temas más emblemáticos del rock “ácido”, el “White Rabbit” de Jefferson Airplane se basa en el popular cuento Alicia en el País de la Maravillas de Lewis Carroll, tema que, por cierto, formaba parte del álbum significativamente titulado Surrealistic Pillow. Por otra parte, se busca deliberadamente lo mágico, e incluso lo esotérico, tanto en el sonido como en las letras. Aquí podríamos citar la figura de Syd Barrett, líder de los primigenios Pink Floyd y uno de los primeros compositores en abrir la puerta a lo fantástico (ese “Lucifer Sam”, canción dedicada en el LP The Piper At The Gates of Dawn, al gato, animal misterioso y mascota de brujas, recuerda poderosamente al poema “Le chat” incluido en Les fleurs du mal de Baudelaire.) Barrett, por lo demás, destaca por su gran capacidad de componer rimas absurdas, emparentadas con las nursery rhymes inglesas y las fatrasies francesas, como son ejemplos temas como “Bike” o “Rats”. Además, como ya indicamos más arriba, se intenta adaptar materiales literarios a la música, no ya simplemente poniendo música a una letra, sino recreando musicalmente la atmósfera particular de la obra literaria. Un ejemplo curioso de este último fenómeno lo constituye el combo psicodélico neoyorquino H. P. Lovecraft, músicos que además de tomar prestado el nombre del gran creador del cuento materialista de terror y autor del enigmático poema “Nathicana”, recrearon el ambiente de misterio de dos relatos fantásticos de Lovecraft, “The White Ship” y “At The Mountains of Madness”, en sendos temas homónimos.

Mención especial merecen dos fenómenos de la era psicodélica que vienen al caso del asunto que nos ocupa. El primero es la banda The Doors, con el carismático Jim Morrison a la cabeza, uno de las bandas de rock con más conexiones literarias. Empezando por el nombre, “Las puertas” (originalmente se llamaban “Las puertas de la percepción”) tomado de un ensayo de Aldous Huxley sobre los efectos de la mescalina y cuyo título se inspira en unos versos de The Marriage of Heaven And Hell del poeta inglés William Blake, Morrison y sus huestes tradujeron al lenguaje del rock el espíritu de la mejor poseía visionaria del romanticismo. De hecho, Morrison, el gran bardo del rock americano, escribió dos libros de poesía en los que rendía homenaje a sus ídolos, los poetas videntes Blake y Rimbaud, y se fue a vivir a París donde murió prematuramente y fue enterrado en Père-Lachaise, rodeado de tumbas de los más afamados poetas franceses. El segundo hito que nos gustaría destacar es la publicación en 1968 del primer disco-concepto del rock, S. F. Sorrow de The Pretty Things. El álbum en cuestión que gira en torno a la vida (desde su nacimiento a su muerte) de un antihéroe, Sebastian F. Sorrow, recuerda a los grandes poemas-libro de las vanguardias del período de entreguerras, en especial a The Wasteland, composición con la que comparte ciertos paralelismos, como el conflicto bélico de fondo (en ambos casos la Primera Guerra Mundial), las preocupaciones existenciales y ese omnipresente tono de melancolía privada (precisamente así se titula uno de los mejores cortes del disco, “Private Sorrow”). Por desgracia, este disco apenas contó con el reconocimiento del gran público (no así de la crítica) y sigue siendo hoy día la joya perdida de la psicodélica británica.

The Lords And The New Creatures,
poemas de Jim Morrison.

En la década de los 70 las grandes multinacionales se van a abalanzar sobre el rock como un halcón sobre su presa y van a intentar convertirlo en un producto más de la sociedad de consumo (como ya se había hecho con la mayor parte del arte) para vender en los grandes almacenes. Es la época de los “grandes dinosaurios”. Las bandas de multimillonarias estrellas de rock llenaban estadios. Parecía que el rock había perdido su capacidad transgresora. Sin embargo, algo se mueve en el subsuelo: las huestes rockeras más inconformistas empiezan a experimentar con el ruidismo y el avant-garde a espaldas del mercado y las listas de éxitos. Por un lado el rock progresivo alemán (ligado al movimiento contracultural de las comunas hippies y casas ocupadas) evoluciona hacia un sonido más anguloso y maquinal en clara ruptura con las raíces afro americanas del rock. Bautizado en el mundo anglosajón como Krautrock [4] enlaza con el espíritu de ruptura con el pasado de las primeras vanguardias artísticas europeas, especialmente, el futurismo y dadaísmo. Ahora el ideal a exaltar será la “modernidad” con sus máquinas, sus grandes urbes, sus luces de neón, su cacofonía. En lo sonoro sus raíces se hunden en el ruidismo vanguardista de experimentadores radicales como Luigi Russolo (pintor y músico futurista que llegó a grabar todo un catálogo de sonidos industriales). Así, muy en la línea de Russolo, Kraftwerk, quizá el grupo más emblemático del krautrock, tuvo el atrevimiento de abrir su álbum Radioactivity (1975) con el ronroneo electrónico de un contador geiger. Otro ejemplo, aún más extremo, lo constituye Esplendor Geométrico, formación española que se escindió de los Aviador Dro, para dedicarse a la experimentación con el más abrupto sonido industrial y cuyo nombre procede de un poema de F. T. Marinetti, gran pope del futurismo italiano. De hecho, algunas letras de esta formación, como las del tema “Moscú está helado” bien podría haber salido de la pluma del poeta italiano o, mejor aún, de algún futurista soviético: “Sopla el viento en los motores / del gran tren transiberiano/ ... / Descansan las fresadoras / los puentes vulcanizados / las cintas transportadoras / los ejes y las poleas.”

Por otro lado en los países de habla inglesa, el underground musical va a tomar derroteros igualmente radicales. Un punto de inflexión en el rock experimental lo constituye Metal Machine Music de Lou Reed, ex líder de The Velvet Underground y auténtico trovador urbano del rock. El disco en cuestión, editado en 1975 (¡y nada menos que en la multinacional RCA!), es un auténtico atentado a los tímpanos del oyente: alrededor de una hora de chirriante feedback de guitarra eléctrica, ruido y nada más que ruido, lo que constituía una patada en el trasero al establishment del rock. La radical gesta de Reed claramente lo emparentaba con grandes dinamiteros de la poesía Dadá como Tristán Tzara, Hugo Ball o Kurt Schwitters.

Todo este nihilismo subterráneo estaba allanando el camino para la última eclosión contracultural del siglo XX: el punk. Sólo faltaba un ingrediente para que toda esta poética radicalidad saliera a la superficie, a saber, unas gotitas de terrorismo cultural suministradas por el situacionismo. En efecto, el situacionismo, un movimiento subversivo en cuyo ideario lo “poético”, en el sentido más bretoniano del término, era un elemento central, había aterrizado en Londres procedente de París, ciudad esta donde Guy Deborg y sus compinches habían tomado la antorcha de la rebeldía contracultural de manos de los letristas (el exquisito chiflado Ivan Chtcheglov [5] entre ellos) de los años 40 y 50. Uno de los jóvenes que a finales de los 60 entró en contacto con el situacionismo fue Malcolm Mclaren, que luego sería el inventor de una banda llamada Sex Pistols. Otro personaje que entró en contacto con estas ideas fue Tony Wilson, creador del sello independiente Factory y de la sala de conciertos The Hacienda (nombre sacado, por cierto, de una cita de Chtcheglov) y promotor de bandas como Joy Division y The Durutti Column [6].


Libreto del primer LP de The Durutti Column,
forrado en abrasiva lija.

A partir del punk, en el rock se vive un periodo de entusiasta renovación paralelo al de las vanguardias poéticas y artísticas del primer tercio del siglo XX. Y eso no sólo se notaba en el sonido sino también en la imagen. El punk, en efecto, puso de moda una suerte de estética neo Dadá heredada del situacionismo con posters y portadas de discos y libros hechas de retazos de otras obras (incluso se valoraba positivamente el plagio) al estilo de los collages del periodo de entreguerras. Además la indumentaria personal se vuelve provocativa y estrafalaria y se confecciona a partir de materiales de desecho. Todo ello remite a la estrambótica vestimenta que usaban algunos poetas Dadá como Hugo Ball cuando recitaban sus textos el mítico Cabaret Voltaire, vestimentas que luego serían imitadas casi al detalle por bandas de avant-garde rock como The Residents.

Hugo Ball en el Cabaret Voltaire (1923)

Portada del disco "Eskimo" de The Residents (1979)

El punk como la explosión Dadá (o la del mayo del 68) duró apenas un suspiro, de tal manera que a comienzos de la década de los 80 la mayoría de los artífices de la “revolución del imperdible” había abandonado el barco. No obstante, se había abierto nuevas y diversas vías para la libertad creativa. Es entonces cuando se empieza a utilizar la etiqueta “independiente”, cuando el rock escapa al control de las multinacionales y cuando se intenta preservar la libertad creativa en pequeños sellos independientes (como el ya citado Factory Records.) Llegado a este punto la diversidad estilística del rock se amplía enormemente. Y aquí nos centraremos en tres ramas del postpunk. Por un lado, surgen una serie de bandas que desarrollan un sonido oscuro, “gótico”, con una fuerte influencia en los temas y en las letras del romanticismo literario más macabro (Poe, Lovecraft, etc.) Así, nos encontramos con títulos como “Premature Burial” en el LP Join Hands de Siouxsie And The Banshees, que inmediatamente nos remite a un escabroso relato de Poe con ese mismo título o un homenaje a al “poeta negro” por excelencia del surrealismo francés, Antonin Artaud, en la canción homónima del disco Burning From The Inside de Bauhaus (otro término, por cierto, relacionado con las vanguardias de los años 20). Por otra parte, herederos del krautrock más cibernético de Kraftwerk o la Düsseldorf, es digna de mención la rama más electrónica o techno de esa “nueva ola” que trajo el punk, bandas que rompen con el rock tradicional tanto en las formas (predominio del sintetizador frente a la guitarra, ruptura con la tradición blues) como en el fondo (la “modernidad” como ideal, la visión angustiada como consecuencia de la Guerra Fría y la amenaza nuclear.) Ni que decir tiene que la influencia del futurismo tanto en la estética (el look de ciencia ficción) como en su contenido (y dentro de éste, su literatura) fue el gran referente artístico de estas bandas. Ya hemos citado el caso de Esplendor geométrico pero también podríamos citar a Cabaret Voltaire (nombre que hace referencia al club donde Tzara y Ball hacían sus extrañas performances) o incluso a los más asequibles OMD, cuyo segundo trabajo, el “industrial” Dazzle Ships coincide en el título con un cuadro del vorticista [7] británico Edward Wadsworth y cuya portada diseñada por Peter Saville (diseñador muy ligado a Factory Records) imita la iconografía rectilínea y robótica del vorticismo. Por último, añadiremos que la rama más ruidista y radical del nuevo rock se desarrollará especialemente en Nueva York, siguiendo la estela de la seminal cacofonía de Glenn Branca, figura que inspiró a la facción más extremista de los nuevos sonidos, la llamada No Wave (la “no-ola”). De clara orientación nihilista y Dadá (recordemos que en los años 20 Nueva York contó con un núcleo de artistas Dadá, con Marcel Duchamp y Man Ray a la cabeza) la No Wave dio a luz a uno de los grupos que más influyó en la escena indie de los 90, Sonic Youth, banda que en 1996 no dudó en dedicar un tema de su A Thousand Leaves a Allen Gingsberg, el gran poeta beat, con motivo de su fallecimiento.

De los años que rodearon a la eclosión punk habría que destacar además un par de músicos/letristas con estrecha relación con la poesía. Nos estamos refiriendo, en primer lugar, a Patti Smith, admiradora de la rebeldía adolescente rimbaudiana y gran poetisa del rock, que aparte de las excepcionales letras de sus canciones (ahí está ese guiño a los poetas malditos del XIX en su famosa revisión del clásico “Gloria” de Van Morrison) también fue autora de libros de poesía tan desgarradores como Babel (1978). Tampoco podría faltar aquí la referencia a Tom Verlaine, cuyo apellido artístico no deja lugar a dudas: su música y letras, tanto en su banda Television como en solitario, de exquisita factura “parnasiana”, llevaron al rock a las más altas cimas poéticas.

Tom Verlaine y Patti Smith.

Y tras la desaparición del punk y sus derivados poco más se ha inventado en el rock que no fuera un “remake” de algo previamente existente. El grunge de los 90 no generó una contracultura como lo hizo el punk (al cual le debe mucho en todos los sentidos, en cuanto a actitudes y en cuanto a sonido) y el post-rock de los últimos 90 y de la primera década de este siglo no es más que un nuevo acercamiento del rock a las modernas tecnologías (algo que ya hizo el krautrock y la electrónica de los 70/80). De estos años reseñaremos, no obstante, un par de discos con claras conexiones poéticas. Uno es el disco Omega (1998) de los granadinos Lagartija Nick, quienes musicaron espléndidamente los poemas del siempre recurrente García Lorca, con el gran acierto de darle una orientación flamenca a cargo del cantaor Enrique Morente. Además se intercalan revisiones de temas de Leonard Cohen, otro gran enamorado de la poesía lorquiana. El otro trabajo a reseñar es The Raven de Lou Reed, uno de los rockeros que más se ha acercado al mundo literario (ahí está el impresionante disco-concepto Berlin para demostrarlo) y que en este caso se dedica a rendir homenaje a la genial obra de Edgar A. Poe.

Finalmente, tan sólo resta contestar a la segunda cuestión planteada al comienzo de esta disertación: ¿ha influido el rock en la poesía? Aquí la respuesta es igualmente afirmativa aunque habría que matizar que el rock ha influido bastante menos sobre la poesía que ésta sobre el rock. Ejemplos de poemas influenciados por la música rock, la verdad, no abundan. Ello es posible que se deba a que el rock es todavía un fenómeno reciente. La mayoría de las influencias musicales en la poesía vienen de la música folclórica o de la clásica y, tan sólo en las últimas décadas, del jazz (esto es especialmente notable en los poetas beat de los 50). Por otra parte el rock no es tomado muy en serio por el establishment literario (no así el jazz que ha acabado por ser considerado un género musical “culto”), un establishment literario excesivamente académico y pedante. Aún así se pueden citar ejemplos de poemas inspirados por el rock. Por ejemplo, dentro del grupo de poetas llamados “novísimos” (década de los 70) Antonio Martínez Sarrión tiene un espléndido poema inspirado por el Ummagumma de los Pink Floyd y de título homónimo. Asimismo, el poeta chileno afincado en EE.UU. Óscar Hahn ha publicado varios poemas dedicados a músicos de rock, entre ellos a Elvis, a John Lennon y a Kurt Cobain (véase, por ejemplo, el poema “Nirvana” en su reciente recopilación Poemas de la era nuclear).

Confiemos, pues, en que la simbiosis entre ambas formas de expresión artística siga prosperando en el futuro para, de esta manera, una y otra puedan salir del limbo en que se encuentran.

NOTAS:
[1] Música y poesía comparten una terminología común (estrofa, estribillo, ritmo, canto, etc.) aunque en música el sonido es el elemento central y definitorio, no así en poesía donde este papel corresponde a la palabra (salvo excepciones como la poesía visual y la fonética.) Por otra parte, la palabra es un elemento accesorio en la música como lo es el sonido para la poesía.
[2] Poeta socialista que apoyó con sus versos las lucha de los mineros galeses en los años 20 del siglo pasado. Este poema ya había sido adaptado al folk americano por Pete Seeger.
[3] Bob Dylan, cuyo nombre real era Robert Zimmerman, tomó su apellido artístico del gran poeta galés Dylan Thomas.
[4] “Krautrock” significa literalmente “rock repollo”. Kraut era como llamaban los soldados británicos que participaron en la Primera Guerra Mundial a los alemanes ya que la comida típica germana es el “Sauerkraut” (col agria o chucrut).
[5] Chtcheglov fue un letrista que hizo planes para volar la Torre Eiffel como parte de un plan para adaptar el urbanismo al deseo humano. Denunciado a la policía por su propia esposa fue internado en un psiquiátrico donde fue sometido a comas insulínicos y electroshocks.
[6] The Durutti Column, hace referencia, claro está, a la columna del legendario anarquista Buenaventura Durruti. La mala ortografía del nombre (“Durutti” y no “Durruti”) es, según ciertas versiones, deliberada: se tomó de una proclama de un grupo situacionista italiano de los 60 que anunció el “Retorno de la Columna Durutti (sic).” Pero hay más: el colectivo editó sus subversivos escritos en un libro forrado de papel de lija y lo introdujo clandestinamente en las biblioteca públicas, de tal modo que cuando alguien sacaba y metía el rasposo libro situacionista destrozaba poco a poco los libros colindantes. De la misma manera, la banda británica envolvió a su primer disco en una portada de papel de lija.
[7] Recuérdese que el vorticismo también tenía su vertiente poética representada por dos pesos pesados de la poesía en lengua inglesa: T. S. Eliot y Ezra Pound.


miércoles, 10 de febrero de 2010

EL TRUCO DEL MARFIL por Raymond Queneau



[Raymond Queneau (El Havre, 21 de febrero de 1903 – 25 de octubre de 1976) fue un poeta y novelista francés. Graduado en 1919 en latín y griego, se trasladó a estudiar en la Sorbona de París donde estudió tanto matemáticas como letras. Se graduó en filosofía y psicología. Ahí se sintió atraído por el movimiento surrealista. Después de un viaje a Grecia en 1932, empezó a reflexionar sobre las divergencias existentes entre las lenguas habladas y las lenguas escritas, divergencia evidente en el griego pero también en el francés. Estas reflexiones las plasmó en diversos artículos sobre el "neofrancés" y las utilizó en sus novelas. Escribió su primera novela Le Chiendent, publicada en 1933. Vivió de su trabajo como periodista, realizando pequeños trabajos, y luego, a partir de 1938, de su colaboración con la editorial Gallimard en la que fue traductor, lector, miembro del comité de lectura, etc. En 1947 se publicaron sus Exercices de Style. Fue también el inicio de las primeras publicaciones que realizó bajo el pseudónimo de Sally Mara, imitando al Vernon Sullivan de su amigo Boris Vian y que le valió diversos problemas con la censura. Tras la liberación, frecuentó también los medios de Saint-Germain-des-Prés. Su poema Si tu t'imagines, musicado por Joseph Kosma por iniciativa de Jean-Paul Sartre, fue un gran éxito de Juliette Gréco. Otros de sus poemas fueron interpretados por el cuarteto vocal Les Frères Jacques. Escribió libretos para comedias musicales y los diálogos de diversas películas como Monsieur Ripois realizada por René Clément. En 1950, entró en el Colegio de Patafísica y en 1951 en la Academia Goncourt.En 1959 publicó Zazie dans le Métro, novela que reveló a Queneau al gran público. Años más tarde, Louis Malle realizó una película basada en esta novela.Amante de las ciencias (en 1948 entró en la Sociedad Matemática de Francia), Raymon Queneau siempre intentó aplicar normas aritméticas en la construcción de sus obras. Con motivo de un coloquio, fundó en 1960, junto a François Le Lionnais, un grupo de investigación literaria y científica que se convirtió en el Oulipo.

(Extraído de
Wikipedia)]


Al abrigo de las encinas plagadas de bichos
Encinas plagadas de los bichos de la muerte
Sombra violeta que separa la caducidad de los horizontes
A partir del nacimiento del hombre
No se dicta justicia al abrigo de los árboles
Pues la justicia es una lechuza
Que berrea de noche para adormecer las habitaciones llenas de amor
Habitaciones mortales con niños recién nacidos
Que se disfraza para tender una mano malsana
A los pobres asustados por la negrura de las paredes
Los carceleros enrojecen de alegría al chupar los grilletes
Más helados que campanario de iglesia
La muchedumbre se precipita como era previsible hacia los llamados bailes populares
La justicia la justicia
Acabará al fin por sofocarse tosiendo
Gato perdido en una acera pringosa
Ventana lamentable que sólo se abre para apagarse
Las luces que se rozan a lo largo de los cuerpos imprevisores
Preguntan el camino llorando a lo largo de los reverberos
En tanto que los agentes se vuelven calvos
y los vitrales de las capillas se reducen a nada
Bajo la presión de las manos húmedas de las mujeres que nunca fueron vírgenes
Y para quienes toda calle fue una misma pasión
Si preguntan el camino nadie contestará
Hombros exilados en las noches sin término
Semblantes de sombras estranguladas
Hay estrellas que brotan como chispas de las olas lejanas
Llueve hasta quedar sin aliento
Un gavilán brinca danzarín desorientado
El espacio se mueve ágilmente por sobre las florestas metálicas
De donde levantan vuelo cuervos melódicos de helados destinos
Más allá de la rápida palpitación de los páramos
Clavados al suelo por los menhires
Espantajos de nubes esbozadas o moribundas
Más allá de la virginidad sin brillo de los desiertos donde se acuesta el sol
El tedio de este día se ha sentado
Tan cubierto de segundos como un sacerdote de piojos
La osamenta de esos monstruos acaba de derrumbarse
y de su polvo salen volando pájaros blancos y dorados
Alegría de las plumas velocidad de las alas
Arrastran joyas evadidas de los ojos de las enamoradas
Llamas exaltadas nucas transparentes
Senos suavísimos torsos de estrellas
Vigilantes guardianes del alba acariciante
AIba cristalina alba perpetua
Pantera de pelo azul
El amor nace en los encuentros un pulpo devora el arco iris
Un mochuelo perfumado cobija en sus alas
A los fantasmas irónicos y a los amigos del crimen
Las ennegrecidas pendientes del deber se desmenuzan con el temblor de la fatiga
Una vez más el crepúsculo se derrama en la noche
Después de haber escrito en los muros SE PROHÍBE NO SOÑAR.


(Traducción de Aldo Pellegrini)

martes, 9 de febrero de 2010

EL RITO MECÁNICO DEL PÁJARO PÍ (fragmento) por Eugenio Granell


[Eugenio Granell (La Coruña; 1912- Madrid, 2001), fue un pintor español del siglo XX. Estudió el bachillerato en Santiago de Compostela y se trasladó a Madrid a finales de la década de los veinte, para continuar su vocación musical. Falleció en 2001. Acude a tertulias en el Madrid republicano y conoce a las principales figuras literarias, inclusive a Valle-Inclán. En el periodo derechista de la República es detenido, pasa varios meses en la Cárcel Modelo de Madrid. Se integra en el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). Durante la contienda, como militante republicano, es destinado a Valencia y Cataluña. Más tarde pasará al frente de Aragón. La derrota republicana en la guerra civil le lleva al exilio. En Francia vive los campos de concentración, de algunos de los cuales consiguió fugarse. Conoce la invasión nazi. Consigue viajar a América en la diáspora republicana, con recuerdos de escritores como Orwell y Peret, que ha conocido. Se unirá a las corrientes surrealistas, y llegará a exponer con Max Ernst, Wifredo Lam y otros de ese movimiento, no las conocía antes de concluir la guerra sino por referencias del orensano Cándido Fernández Mazas. Se vincula a esos modos de expresión plástica cuando se encuentra en el Caribe, en Santo Domingo. Destaca tan pronto, que su primer gran cuadro lo adquiere el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Conoce a los grandes surrealistas franceses, incluido el «papa» André Breton. La dictadura del general Rafael Leónidas Trujillo le invita a cambiar de isla, y marcha a Puerto Rico, donde establece contactos con intelectuales exiliados, como Juan Ramón Jiménez, Federico de Onís, Américo Castro. Nuevo salto, a Estados Unidos; en concreto a Nueva York, donde es profesor algunos años, hasta jubilarse como emérito del Brooklin College, tras doctorarse. Algunas de sus obras literarias se reeditan en España, como «Lo que sucedió...», que había obtenido el premio Don Quijote en 1967. Regresa con fama bien asentada de pintor, y sus exposiciones se suceden en España, con grandes elogios de la crítica. Exposiciones monumentales de su obra son las que se realizan en A Coruña y en el Centro Cultural de Caixavigo. Su obra está en museos de todo el mundo. Guarda escritos y testimonios de André Breton, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén, Miró, Pablo Neruda, Salvador Dalí, Pablo Picasso. La pintura es cromatismo, en carmines, verdes, azules, negros, está dicho en siluetas perfectamente delimitadas, y sobre fondos contrastantes. Algo, y no poco, queda de las expresiones de Alberto Sánchez, con Julio González, innovador de formas que ha conocido este siglo. Considerado por muchos como el ultimo de los maestro del surrealismo base, Eugenio Fernández Granell fallece en Madrid en octubre de 2001. La Xunta de Galicia le concede a título póstumo la Medalla de Oro de Galicia 2001 por su trayectoria en el mundo de las artes.

Extraído de Wikipedia]




El dolor agudísimo me hizo comprender que estaba soñando. Lo cierto es que yo formaba parte del antiguo cimiento de aquel templo devorado por ramas y raíces. Era el templo al cual solo ella puede penetrar, por el orificio de la gran piedra redonda hundiendo la cabeza en el ácido racimo donde engrasa su pico el águila nocturna.
A eso es a lo que los brujos de la tribu Chicak denominan el espasmo de la nube incandescente. Yo no sé. Pero ella, seca de sed de amor, divisó el aleteo circular del Pájaro Pí.
El Pájaro Pí con membranas de aceite de cacao.
El Pájaro Pí con antorchas de sabután trenzado.
El Pájaro Pí, que inocula chicha en las membranas de las hojas secas.
El Pájaro Pí, portero del canal que conduce a la selva.
El Pájaro Pí, coronado de silencios en punta.
Con una sola pluma, aunque sea muy tierna, el Pájaro Pí borra todas las huellas.
El Pájaro Pí, sedante.
A veces, el Pájaro Pí es grandioso y cálido como el rumor que emana del rocío.
El Pájaro Pí, tan amable, cuidó nuestro caballo. Oh, gran Pájaro Pí, el caballo era un montoncito de granuladas. Sus cuatro patas, buen Pájaro Pí, eran cuatro raíces. Oh, Pájaro Pí de raíces aladas. Sus crines, las diminutas plumas del Pájaro Pí mismo.
El Pájaro Pí aulló y se desplumó.
Sólo fauces, el Pájaro Pí.
El Pájaro Pí, temblequeo de flechas y semillas.
No; el Pájaro Pí era –esto es lo que era verdaderamente–, era el húmedo
secreto de la selva.


(Extraído de
Poemas surrealistas.)


jueves, 21 de enero de 2010

ROMANTICISMO Y CUENTA NUEVA (fragmentos) por Emeterio Gutiérrez Albelo


[Emeterio Gutiérrez Albelo (Icod de los Vinos, Tenerife, 20 de agosto de 1905 - Santa Cruz de Tenerife, 6 de agosto de 1969) poeta español perteneciente a la Generación del 27. Su padre, Emeterio Gutiérrez López, fue director del periódico La Comarca, en el que Gutiérrez Albelo publicó sus primeros poemas. Estudia bachillerato y magisterio en La Laguna y ejerce la profesión docente durante toda su vida en diferentes lugares de la isla. Su primera obra, titulada La Fuente de Juvencio (1925) es de inspiración parnasiana y modernista y nunca llegó a publicarse. En Vilaflor, al sur de la isla, donde ejerció como maestro en la escuela de niños, escribió su primer libro publicado, Campanario de la Primavera (1930). Sus dos libros siguientes son Romanticismo y cuenta nueva, (1933), y Enigma del invitado, (1936), editados por la revista tinerfeña de vanguardia Gaceta de Arte. Constituyen los dos máximos exponentes del surrealismo poético tinerfeño. El comienzo de la Guerra Civil en 1936 acabó con Gaceta de Arte y con la actividad del grupo surrealista tinerfeño. El 15 de agosto de ese mismo año se casó con Donatila Airenza Fumero, con la que tiene tres hijas: Ana Rosa, Mercedes y Carmen Paz. Transcurren ocho años hasta la aparición de un nuevo libro, Cristo de Tacoronte (1944). Cambia de estética y aflora una temática religiosa inmmersa en el existencialismo. Encierra, además, un rico romancero tinerfeño: ni uno solo de sus cuarenta poemas deja de inspirarse en su isla natal y, más circunstancialmente, en el pueblo y vega de Tacoronte. Utiliza el simbolismo de la parábola del Hijo Pródigo para reflejar la condición del ser humano en la tierra. Publica después otras dos obras más de tema exclusivamente religioso: Los Milagros (1951) y Apuntes para una vida de Cristo (1969). Otros dos libros completan la relación de lo que publicó en vida: Los blancos pies en tierra (1951), colección de sonetos con el que obtuvo el premio regional de poesía "Tomás Morales" de la Asociación de la Prensa de Las Palmas y Geocanción de España (1964), un poemario descriptivo al estilo de Unamuno. A los títulos anteriores hay que sumar cinco obras póstumas: Antología poética (1969), Poesía última (1970), El rincón de la amistad (1971), Tenerife y el mar (1973) y Las alas del tiempo (1974). El influjo de la pintura y la música en la obra de Gutiérrez Albelo fue notable. Fue redactor de la ya citada Gaceta de Arte (1932-1936) y de Mensaje, (1945-1946), y fundador y director hasta su muerte de la revista Gánigo (1953-1969).

Extraído de Wikipedia]



arqueología sentimental
a pedro garcía cabrera

Un viejo libro de hojas secas
que, de repente, se abrió el solo
acordeón de tristeza:
y de él saltaron estos versos,
estos versos de entonces ... ¿los recuerdas?
mi discípula de fisiólogía
me dice -¡cuán delgada estoy!-,
con una voz de pájaro.
y añade:
-casi podría
contarme
todos los huesos de este garabato.

oh deja esa tarea para mí.
déjame repasarlos,
uno a uno,
con mis labios.


como dos caracoles, lentamente, por el dulce edificio.
desde la base hasta el tejado.
(un viejo libro de hojas secas,
que, de repente, se abrió él solo,
acordeón de tristeza)



la cita
a óscar dominguez

en el jardín abandonado,
que llora un emigrar
de risas y de pájaros,
te doy la última cita verdadera,
solemne y destocado.
y acuden, de repente, tus zapatos
(tus zapatos de ante del 35, negros),
en un vals postrimer, desorientado.
tus medias grises, llenas de aire
y besos deshojados:
la una,
sobre esa fría losa, se está deshilachando;
la otra viene dando saltos,
recordando
la pierna electrizada de los grandes momentos,
biela de gracia y de locura
sobre la patinette del raid mágico.
acuden tus collares,
deshaciéndose en lágrimas sonoras
sobre el tazón de mármol.
tus anillos cegantes, tus pulseras nerviosas,
en un girar de ahogo rápido.
acude tu uniforme negro y blanco de colegiala,
sobre un lecho de césped, estirado.
el secretaire de tu abriguillo cálido.
tus guantes en el aire desmayados.
(tan sólo, tú, no acudes, escondida
en el foso del lívido escenario).



lo inevitable
a domingo lópez torres

te quería salvar
a través de ruinosas galerías
y de empolvados muebles.
pero una ronda inmunda de voces apremiantes
te cercaba.
y entonces...
sorda y ciega -ya-
tiritando entre las llamas del espanto,
te lanzaste por los sombríos corredores.
inútilmente, me abracé a tus piernas.
en un delirio turbio, viscoso, acelerado,
te escurrías de garras
y de dientes.
huiste. Sin remedio.
sin presentir siquiera
la monstruosa constelación de arañas peludas,
que, sin cesar de florecer,
te acechaba en los últimos pasillos.

(al regresar, vi solo
-¡imago! ¡imago! ¡imago!-
una confusa pleamar de hormigas
Arrastrando el cadáver de una novia.)


enigma del invitado
a agustín espinosa

el invitado sin llegar.
ay, y la mesa puesta.
y el hambre.
con sus lívidas teclas.
y el techo de la cueva,
que se va hundiendo a toda prisa,
sobre nuestras cabezas.
y que, al fin, nos aplasta contra el suelo
de humeantes colillas, salivazos,
y manchones de cera.
el invitado, ay, el invitado.
el invitado que no llega.
y unos senos cortados que florecen
al fondo, sobre una bandeja.
(llegó, por fin, el invitado.
con sus zapatos de charol
y su blanca pechera.)



la venus apuntalada
a carlos pestana

ni tus ojos enormes, de paraíso y de aquelarre,
que, de repente se encogieron
detrás del garabato de los impertinentes.
ni tus tacones inseguros de oca enferma.
ni tu pulmón izquierdo, blando pichón acribillado
por las descargas más crueles.
ni tu extirpado riñón que subió al cielo
y está sentado a la diestra de la luna.
nada. nada. tan solo,
el cartel gritador de las mil libras,
el cartel afrentoso del triunfo.
y el ladrar de los canes macilentos
en pos de epitalámicos faldones...
eso sólo.
eso sólo, dios mío,
me hizo huir -de espaldas-
en angustioso velocípedo.


gritos
a eduardo westerdahl

gritos.
gritos por todos lados.
la rosa de los vientos
deshojando
-en chirridos-
sus pétalos metálicos.
gritos.
gritos por todos lados.
catapulta de gritos
derribando
la cuidad de violines enguatados.
gritos.
gritos por todos lados.
y yo en huida de terror.
cayendo. levantándome.
y, entre una lluvia de puñales agrios,
tendido, al fin.
inerte.
acribillado.

(de súbito,
una mujer envuelta en llamas amarillas,
se asomó, dando gritos,
a unos balcones altos.)


foto velada

un ángel sin usar de cinelandia,
sobre la punta de la nariz,
te coloca unas gafas.
te tuerce los tacones y te arruga las medias.
te afila un moño alto y un sombrerín de paja.
te cuelga de los hombros una bata
azul
de colegiala.
pero de pronto, saltas.
y a la bebé daniels de dos minutos,
en un rincón la dejas olvidada.
entonces,
una piscina ávida
te absorbe como un maillot azul y grana.
repiquetean tus zapatos
un charlestón absurdo sobre nuestros costados.
tu boca de champaña
se nos suelta a cantar coplas saladas:
-los buzos se han cortado
sus bigotes,
y mi gorrito americano

tuvo ayer tarde un parto de bombones
.-

tu garganta
se quiebra en una risotada
por la que se santigua
una ciudad de lúgubres campanas.
y tus ojos de vaca,
de laguna
cálida,
reflejan un paisaje de cigarrillos
y teclas deshojadas


apuntes para un retrato a agustín espinosa

I
delgado.
delgado, de verdad. afiladísimo.
siempre, siempre, clavado.

II.
la rueda en loco giro.
pero siempre en su eje.
pero siempre en su sitio.

III.
en la siniestra mano,
un pajarillo
disecado.
en la diestra mil juguetes.
enrollados.
en el meollo, erguido.
un banderín mágico.
y en el corazón ... no digo.
se prohíbe nombrarlo.


film vampiresco

a domingo pérez minik

tus ojos de joan crawford
yo los hice más grandes, más grandes, todavía.
con qué bisturíes te dilataré los párpados.
y tus ojos se abrían y se abrían;
desmesurados,
en un "crescendo" blanco.
de tal forma,
que llegaron a ser dos grandes huevos
de abandono y espanto.

(y tú, ausente, intocada.
sin presentir siquiera
el horroroso crimen cometido
a dos metros escasos.)


zumo de charlot
a luis ortiz rosales

charlot, paseando
-vacilante-
sobre una rúa empedrada de chisteras,
y de guerreros cascos
con los zapatos llenos de agujeros, llenos de dólares, llenos de clavos.
trepando
hasta el grifo helado
de una botella de agua de selz,
que vomita luceros triturados,
desabridos,
recién quemados.
pero él cae, embriagado.
de mail cosas.
-cock-tail cósmico, trágico-
sobre cristales de champaña,
en un lecho burlado
charlot, pescando,
con su cabeza de bastón elástico,
a la orilla de un río de hojalata,
una sirena... de auto,
asesino de soñadores y de gatos.
¡charlot, charlot, charlot! charlot, clavado
-faro triste-
en el eje de un mundo de sombra y de fracaso.



Óleo de Óscar Domínguez