[Eugenio Granell (La Coruña; 1912- Madrid, 2001), fue un pintor español del siglo XX. Estudió el bachillerato en Santiago de Compostela y se trasladó a Madrid a finales de la década de los veinte, para continuar su vocación musical. Falleció en 2001. Acude a tertulias en el Madrid republicano y conoce a las principales figuras literarias, inclusive a Valle-Inclán. En el periodo derechista de la República es detenido, pasa varios meses en la Cárcel Modelo de Madrid. Se integra en el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). Durante la contienda, como militante republicano, es destinado a Valencia y Cataluña. Más tarde pasará al frente de Aragón. La derrota republicana en la guerra civil le lleva al exilio. En Francia vive los campos de concentración, de algunos de los cuales consiguió fugarse. Conoce la invasión nazi. Consigue viajar a América en la diáspora republicana, con recuerdos de escritores como Orwell y Peret, que ha conocido. Se unirá a las corrientes surrealistas, y llegará a exponer con Max Ernst, Wifredo Lam y otros de ese movimiento, no las conocía antes de concluir la guerra sino por referencias del orensano Cándido Fernández Mazas. Se vincula a esos modos de expresión plástica cuando se encuentra en el Caribe, en Santo Domingo. Destaca tan pronto, que su primer gran cuadro lo adquiere el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Conoce a los grandes surrealistas franceses, incluido el «papa» André Breton. La dictadura del general Rafael Leónidas Trujillo le invita a cambiar de isla, y marcha a Puerto Rico, donde establece contactos con intelectuales exiliados, como Juan Ramón Jiménez, Federico de Onís, Américo Castro. Nuevo salto, a Estados Unidos; en concreto a Nueva York, donde es profesor algunos años, hasta jubilarse como emérito del Brooklin College, tras doctorarse. Algunas de sus obras literarias se reeditan en España, como «Lo que sucedió...», que había obtenido el premio Don Quijote en 1967. Regresa con fama bien asentada de pintor, y sus exposiciones se suceden en España, con grandes elogios de la crítica. Exposiciones monumentales de su obra son las que se realizan en A Coruña y en el Centro Cultural de Caixavigo. Su obra está en museos de todo el mundo. Guarda escritos y testimonios de André Breton, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén, Miró, Pablo Neruda, Salvador Dalí, Pablo Picasso. La pintura es cromatismo, en carmines, verdes, azules, negros, está dicho en siluetas perfectamente delimitadas, y sobre fondos contrastantes. Algo, y no poco, queda de las expresiones de Alberto Sánchez, con Julio González, innovador de formas que ha conocido este siglo. Considerado por muchos como el ultimo de los maestro del surrealismo base, Eugenio Fernández Granell fallece en Madrid en octubre de 2001. La Xunta de Galicia le concede a título póstumo la Medalla de Oro de Galicia 2001 por su trayectoria en el mundo de las artes.
Extraído de Wikipedia]
El dolor agudísimo me hizo comprender que estaba soñando. Lo cierto es que yo formaba parte del antiguo cimiento de aquel templo devorado por ramas y raíces. Era el templo al cual solo ella puede penetrar, por el orificio de la gran piedra redonda hundiendo la cabeza en el ácido racimo donde engrasa su pico el águila nocturna.
A eso es a lo que los brujos de la tribu Chicak denominan el espasmo de la nube incandescente. Yo no sé. Pero ella, seca de sed de amor, divisó el aleteo circular del Pájaro Pí.
El Pájaro Pí con membranas de aceite de cacao.
El Pájaro Pí con antorchas de sabután trenzado.
El Pájaro Pí, que inocula chicha en las membranas de las hojas secas.
El Pájaro Pí, portero del canal que conduce a la selva.
El Pájaro Pí, coronado de silencios en punta.
Con una sola pluma, aunque sea muy tierna, el Pájaro Pí borra todas las huellas.
El Pájaro Pí, sedante.
A veces, el Pájaro Pí es grandioso y cálido como el rumor que emana del rocío.
El Pájaro Pí, tan amable, cuidó nuestro caballo. Oh, gran Pájaro Pí, el caballo era un montoncito de granuladas. Sus cuatro patas, buen Pájaro Pí, eran cuatro raíces. Oh, Pájaro Pí de raíces aladas. Sus crines, las diminutas plumas del Pájaro Pí mismo.
El Pájaro Pí aulló y se desplumó.
Sólo fauces, el Pájaro Pí.
El Pájaro Pí, temblequeo de flechas y semillas.
No; el Pájaro Pí era –esto es lo que era verdaderamente–, era el húmedo
secreto de la selva.
(Extraído de Poemas surrealistas.)