martes, 18 de noviembre de 2014

AIMÉ CÉSAIRE, SURRREALISTA SELVÁTICO, EN LAS "DELICIAS SURREALISTAS"

Que el surrealismo poético no es algo monolítico y uniformizado lo demuestra la escritura exuberante de Aimé Césaire, poeta de la isla de la Martinica. Su obra vibrante, colorista y cósmica supo tomar el pulso al feroz paisaje del trópico con su exótica flora y fauna, sus inmisericordes volcanes y sus caudalosos ríos. El latir selvático de la madre África corre por las venas de sus amplísimos versos que a veces se embalsan para formar enormes párrafos de texto automático que rompe el corsé de la puntuación para saltar por los aires en una supernova de imágenes delirantes. La escritura automática en su vertiente más selvática. El surrealismo adaptado al trópico y enraizado en el fértil humus de la cultura africana.

Pero además Césaire fue un luchador social contra el colonialismo y sus empobrecedoras consecuencias para los pueblos del llamado entonces Tercer Mundo. En efecto, el poeta martiniqués intentó unir a la población negra francófona alrededor del concepto de la “negritud”, un concepto inventado por él y con el cual reivindicó la dignidad de la cultura negra africana ninguneada por los colonizadores europeos. Harto conocido es el hecho de que Césaire era amigo del que fuera presidente de Senegal, el también poeta Leopold Sengor, con quien compartía el ideal de la defensa de la “negritud”. Ligado en sus orígenes al Partido Comunista Francés, dejó el partido para centrarse en su lucha contra el colonialismo y llegó a ser alcalde de la capital del Departamento de la Matinica para el cual pidió una autonomía a París. Su legado político sigue vivo hoy día en la lucha de los BRICS contra el orden mundial dominado por occidente.


De este telúrico poeta martiniqués se disertará en la enésima (el Piojo Eléctrico ya ha perdido la cuenta) Delicia Surrealista el jueves 27 de noviembre a las 20.30 en la librería de la Delicia de Leer (c/ Agapito y Revilla, 10, Valladolid). Quien quiera oír cómo ruge la marabunta en lo más profundo del poema puede dejarse caer por allí.


BLUES DE LA LLUVIA 
por Aimé Césaire

Aguacero
Bello músico
Al pie de un arbol desvestido
Entre las armonias perdidas
Cerca de nuestras desencuadernadas memorias
Entre nuestras manos de derrota
Y pueblos de extraña fuerza
Dejamos colgar nuestros ojos
Y naciente
Desenrollando el cordon de un dolor
Sollozamos.


"Luz de la selva" por Wifredo Lam