viernes, 29 de junio de 2012

DOS CARTAS de Jacques Vaché


[Jacques Vaché: Poesía marcial

por José Abdón Flores
Milenio, 01/12/2008


El siempre litigante Roberto Bolaño, cuando buscaba resaltar el conveniente olvido del establishment o su pasiva ignorancia, mencionaba a Jacques Vaché (1896-1919). “¡No han leído a Jacques Vaché…!”, era el inicio de una retahíla de nombres que el gran lector que fue Bolaño lanzaba ya fuera como admonición o como publicidad última. A decir verdad, ni siquiera en Nantes, ciudad natal de Vaché, la gente guarda algún recuerdo de quien en buena medida influyó para que Breton planteara el surrealismo.

Jacques Vaché —y aquí hay que acudir al cliché, lo que no hará honor a sus escritos—era un personaje. Él y Breton se conocieron en 1916 en el Centro de Neurología de Nantes; el primero estaba ahí para curarse una herida, el segundo era internista. Mientras convalecía, Vaché pasaba el tiempo elaborando curiosas postales para las que concebía leyendas insólitas. Y cuando Breton —a quien llamaba “le pohète”— se acercaba, entonces hablaban de Rimbaud (a quien detestaba), de Jarry (a quien admiraba) y de Apollinaire (a quien ni siquiera conocía). Apenas recuperado Vaché se hizo estibador, si bien pasaba la mayor parte del tiempo deambulando por los muelles vestido ya fuera de teniente de húsares, de aviador o de médico…. Célebre es su happening, por llamarlo de algún modo, del 24 de junio de 1917, cuando uniformado de oficial inglés amenazó con disparar al público que asistía a una premier de Apollinaire por considerarla demasiado artística. Breton acuñaría la ejecución de este suceso como el acto surrealista por excelencia.

Su obra es por demás singular y consta de una serie de misivas, las cartas de guerra, que Vaché dirigía a sus amigos del grupo de Nantes. Las escribía desde el frente, cartas lúdicas que hablan de manera casual y cínica de la situación bélica, y que además guardan más un ritmo poético que uno narrativo.

En mayo de 1916, el ejército francés lo movilizó como intérprete para las tropas británicas. Así lo refiere a Breton:

"Cher ami, J’ai disparu de la circulation nantaise brusquement et m’en excuse —Mais M. le Ministère de la Guerre (comme ils disent)— a trouvé indispensable ma présence au front dans un délai très bref… et j’ai dû m’executer.

Je suis attaché en qualité d’Interprète aux troupes britanniques. —Situation assez aceptable en ce temps de guerre, étant traité comme officier"

Leyendo las cartas de Vaché uno diría que fue a la guerra a divertirse y nada más. El mismo Breton admira esa suerte de radicalismo y cultivado desinterés total; escribirá que “su sentido de la inutilidad teatral (y sin gozo) de todo” fue una de las primeras manifestaciones del surrealismo. De igual modo, refiere que de no haberlo conocido él habría sido tan sólo un poeta, pues lo llevó a comprender lo absurdo de la palabra vocación.

El 6 de enero de 1919, aún movilizado, Jacques Vaché murió en un hotel de Nantes debido a una sobredosis de opio. Sus cartas serían compiladas y editadas por Breton.]



Al señor Louis Aragon

Querido amigo y Mistificador


Recibí inmediatamente su carta datada el 9 de julio y sus poemas. Estoy en prisión, naturalmente, y poco apto sin embargo para expresarme acerca de los fragmentos visibles de su obra: ¿podría excusarme?


Me contento con vivir beatíficamente a la manera de los aparadores panorámicos 13 x 18=. Es un modo como cualquier otro de esperar el fin. Mantengo las fuerzas y me reservo para las cosas futuras. ¡Cual bello desorden, vea usted, será este porvenir y como podrá matarlo del mundo!… Ya lo experimenté también para no perder la costumbre, ¿no es así?—mas debo conservar mis jubilaciones íntimas, porque los comisarios del Cardenal de Richelieu…


Ya le había dicho que este pobre G. Apollinaire escribió, hacia el final, dentro de la “Bayonnette”—todavía un no sé qué “colgado a la españoleta de la ventana” mas él era ya un teniente trepanado, y ciertamente condecorado.— Well.


En él se reconocerá a nuestro precursor—nosotros no nos opondremos.


Hay sobre todo moscas plenas de sol y escudillas dudosas zumbantes—Necesitaré unos buenos trajes de jerga verde-aqua.y un chaleco blanco de cantinero— y sus mujeres en el disolvente olor de la ropa sucia perfumada…


¿Y usted, querido amigo?




J.T.H.




Elasticum de Raoul Hausmann (1920) 


***



26 noviembre 18


¡Blanca acetileno!

 ¡Todos ustedes! — Mis bellos whiskys — Mi horrible mezcla fluida y amarilla — Frasco de farmacia — Mi chartreuse verde — Citrino — Rosa emocionada de Cártamo.

¡Humeante!


Angostura — Nuez vomitiva y la incertidumbre de los jarabes — Soy un mosaiquista.


… “Say, Walter — you are a damn’ fraud, you are”. Veo el absceso sangrante de su  almeja; su ojo ahogado me mira como una pieza anatómica; el cantinero puede ser que también me mire, bolsas bajo los globos oculares, ladera la irisada, en mantel, dentro del arco iris.


OR


El hombre con cabeza de pescado muerto deja toma su cigarro mojado. ¡Su chaleco escocés!


El oficial ornado de cruz — la mujer blanda polvosa blanca bosteza, bosteza, y chupa una loción capilar — (así es por el amor.).


“sus criaturas danzan durante nueve horas, monsieur”.— como su dedo está grasiento (así es por el erotismo, vea usted)


Alcoholes que serpenteantes, azuleantes, somnolientos, descendentes, rodantes, apagantes.


¡Flameado!


¡¡MI APOPLEJÍA!!


N.B. Las leyes, de todos modos, se oponen al homicidio voluntario.


(Traducido del francés por Mario Bojórquez para la revista Círculo de Poesía)