sábado, 14 de marzo de 2009

LAS DEGOLLABLES por Carlos de Rokha



[Carlos de Rokha nació en la ciudad de Santiago de Chile, el 17 de octubre de 1920, con el nombre de Carlos Díaz Anabalón. Fue hijo de Pablo de Rokha y Winétt de Rokha, y miembro de una familia de reconocidos artistas en Chile, entre ellos sus propios padres, y sus hermanos Lukó, José, Pablo, y Laura, entre otros. Seguidor de Arthur Rimbaud,es catalogado dentro de la Generación Literaria de 1938, pese a la brecha etaria, temática y estilística. A lo largo de su vida sufrió de esquizofrenia, por lo que en más de una ocasión fue internado en el Hospital Psiquiátrico. En 1961 su obra Memorial y llaves fue galardonada con el Premio de los Juegos Municipales Gabriela Mistral de la Municipalidad de Santiago. En 1962 su obra Pavana del gallo y el arlequín logró el mismo galardón. Carlos de Rokha falleció el 29 de septiembre de 1962, a la edad de 42 años, por una sobredosis de fármacos. La razón de muerte es debatida entre una ingesta accidental o un suicidio. Su muerte afecto profundamente a su padre, Pablo de Rokha, quien nunca pudo recuperarse de la muerte de su hijo. En Carta perdida a Carlos de Rokha escribió: «el sello del genio de Winétt te persiguió, como una gran águila de fuego, desde la cuna a la tumba, pero no te influyó, porque no te influyó nadie, encima del mundo./Perdóname el haberte dado la vida». Mahfúd Massís (esposo de Lukó de Rokha, hermana del poeta) se refirió a su muerte de la siguiente forma: «Carlos fue el ángel sediento, desinteresado, atormentado, que cumplía una sola función en el mundo, una sola función, y ninguna otra, una función principal, impuesta por el destino de su organización psíquica, y hasta física, pues todos sus rasgos acusaban al poeta sin redención posible. Era, así, el poeta irremediable, el poeta sin salvación, condenado desde la partida. Terrible, triste, envidiable destino». También Enrique Lihn le dedicó una elegía llamada Elegía a Carlos de Rokha, en su libro editado en 1963, La pieza oscura.

(Extraído de Wikipedia.)]


Bellas a un aire de nadar
Se desnudan visten ropajes propios
Y sobre sus cuerpos presumen la clave
Del encanto de las chacales
Del tigre de la ronda

Mejor vestidas que jamás errantes sanguinarias
Aquí están consumiendo varillas de leche
Sorteando sus partes de azar
Entregan sus peinados a la silla maldita

Las chacales tatuadas con armiño
Son éstas panteras del orgullo henchidas de virtud
Con un cuerpo por roja rosa de la ronda
Evaporada sobre sus bocas todas semejantes
A la risa de la boa que encantan
Más puras están ebrias fascinadas envenenadas
Lobas obsesivas en el tratado de sus detalles mágicos

Liberáis por avaricia los enigmas favorables
Vuestros cuellos semejantes al hastío de las cascadas
Vuestros cuerpos semejantes a la pereza

Libres ya de ligaduras crean un pacto de dicha
Así con marcas de amor las adorables de las horcas
Viven de un cielo prestado a la ciudad perdida
Y como arrogantes vestiduras en los más crueles paisajes
Los pájaros son su ropaje de Medusas
Cantan a la llegada sobre la costa de granito
Sueñan cuándo vendrá el gran día

Hollad las rocas bellas gavilanes

Ilustración de Max Ernst