[Carlos de la Rica (Pravia, Asturias, 1929 - Carboneras de Guadazaón, Provincia de Cuenca, 1997) fue un poeta, editor y sacerdote español, uno de los miembros del postismo.
Nacido accidentalmente en Asturias, su familia vivió en Cuenca desde que él sólo contaba con dos años de edad. Estudió en Cuenca, en el Seminario de San Julián, y se ordenó sacerdote en 1956.
Fue párroco en el pueblo de Carboneras de Guadazaón y su comarca, un importante enclave histórico e industrial en el conquense señorío de Moya, y se involucró activamente en los movimientos sociales de oposición al régimen franquista. Asimismo apoyó el reformismo del Concilio Vaticano II.
En el aspecto literario, se comprometió en el postismo junto con suz amigos los poetas Ángel Crespo, Gabino Alejandro Carriedo y Federico Muelas. Colaboró en las revistas Deucalión y El Pájaro de Paja, participando en el llamado realismo mágico rompiendo con la llamada "poesía sacerdotal". Por entonces escribió Ciudadela, publicada muy posteriormente en 1995, y La Casa (1960).
En los sesenta, su empleo de los grandes mitos del clasicismo griego y de la vanguardia en su poesía política -el realismo mitológico- fracturó casi definitivamente sus relaciones con los poetas sociales de la época, que no admitían ninguna vocación humanística, fuera de su carácter creyente, su confeso monarquismo y su apoyo a la causa israelí. Sin embargo, su compromiso social tampoco hizo que fuera aceptado por los culturalistas "venecianos" o "novísimos" del 68; ese sesgo se aprecia claramente en Edipo el rey (1965) y Poemas junto a un pueblo (1977).
En sus últimos años Carlos de la Rica volvió a sus raíces vanguardistas en Poemas de amar y pasar (1982) y su Oficio de alquimista (1995), que se completó con ese gigantesco homenaje a la cultura clásica grecolatina y judeocristiana que fueron sus Juegos del Mediterráneo, publicado póstumo.
Por entonces patrocinó la estética del neopostismo a través del grupo poético de «La Camama» protagonizado por José del Saz Orozo, Manuel San Martín, Carlos Asorey y Luis Lloret, que apoyó por medio de la fundación de la modesta editorial El Toro de Barro, fundada en 1965 y de significativa labor en la década de los ochenta. Es la segunda editorial más antigua de España y una de los diez más antiguas del mundo dedicada en exclusiva a la poesía. En sus fondos figuran obras de Ángel Crespo, Gabino Alejandro Carriedo, Eduardo Chicharro Briones y Carlos Edmundo de Ory, así como poemarios vanguardistas de las generaciones más jóvenes de la poesía española. Su labor editorial la continúa actualmente el crítico Carlos Morales.
(Extraído de Wikipedia)]
(Extraído de Wikipedia)]
A Josefina Baker, con mi corazaón.
“Yoruba soy, soy locumí,
Mandinga, congo, carabalí”.
Nicolás Guillén.
Al despuntar de la mañana
bajo los árboles, el kiosco y en la acera
cerca del río y de la plaza
esta noticia leí en los periódicos de Tebas:
JOB EQUALITY FOR ALL MINORITES
NO U.S. DOUGH TO HELP JIM CROW GROW”
(Algo ocurre cuando el pulso de los negros
cual yunques tempraneros su sobresalto crecen;
ocurre algo cuando la dulzura en la muchacha
la rubia muñeca peina y acaricia;
tal vez sea que los sistemas envejezcan).
Los negros alzaban sus huesos,
alzaban sus manos los negros.
Los negros cantaban bajo los postes.
Los negros hablaban de tambores.
Los negros decían, trepaban al trono de los negros
Decían
Those birds sing upon the tree:
Hijos somos todos de Dios.
Y el habitante de Tebas vio que en la llanura
crecían los negros como una alta columna,
los brazos alargaban los negros al estanque,
salta el mulato, el lucumí, carabalí,
grita el muchacho
I see my neighbour drinking
(mandinga, congo, carabalít;)
Y el negro duerme, el negro espera, el negro dice,
los brazos planta en la colina:
FREEDOM.
FREEDOM color pared, color dulzura,
color de luz. El negro espera, también
perdona.
Y el blanco canta:
kept you waiting so long;
Ya no es el muro tranquilo del Sur,
ni el fiel cafetal lucumí, ni la botella.
¡Negro en los caminos del palacio de la Igualdad!
Negro del trigo que las lágrimas maduran
de esperanza.
Negro que esta mañana de nupcias me hablas
y cien astros en las espaldas amplias anudas.
¡Habrá justicia!
Mi corazón saluda la marcha de los negros del Sur,
de los que hoy encienden de antorchas
su noche
y ante Lincoln o Wasington reciben
los odres llenos y los cáñamos del nuevo orden.
Saluda mi alma
a los chiquillos que hacen señales con sus tripas desnudas,
a los corredores de los estadios;
a King Martin Luther y a su Coretta.
Estabas condenado, oh negro, y ahora
mi corazón saluda
a Harry Belafonte y a Sidney Poitier
a la oliva de Ralph Buncke,
los pájaros preciosos de Marian Anderson
y el capelo o la sagrada púrpura en la bondad del pastor.
Saludo, yo os saludo
en donde el sol nace y sus dedos entretiene
en recoger diez mil rosas,
FREEDOM pues sois mis hermanos,
hijos de Mississippi y de Virginia,
Alabama, hijos
De la salva y de Brasil, de Luanda
o de Georgia.
Yo leí esta mañana,
Una piedra cayó esta mañana,
Hasta aquí, en el kiosko,
a mis manos vino una esmeralda.
Mi corazón está en el viento
mis manos un ramo de flores
para ti, Josefina
Baker, y un beso
vaga hasta besar tu frente,
oh Nicolás
Guillén
de Cuba