[Biografía de Aimé Cesaire aquí]
Los arrozales de colillas de escupitajo sobre el extraño emplazamiento
de mi simplicidad se tatúan con picachos
Las palabras perforadas en mi saliva resurgen en cuidades de
esclusa abierta, más palidas sobre los arrabales
Oh las ciudades transparentes montadas en yaks
sangre lenta orinando a las hojas de filigrana el último recuerdo
el bulevar cometa herido brusco pájaro traspasado
se arrebata en pleno cielo
acribillado de flechas
Es la noche como me gusta muy socavada y muy nula
abanico de dedos de brújula bajados bruscamente de la blanca risa de los sueños
Batucada
cuando el mundo sea desnudo y bermejo
como una matriz calcinada por los grandes soles del amor
batucada
cuando el mundo sea sin indagación
un corazón maravilloso donde se estampe el decorado
de las miradas rotas en pedazos
por vez primera
cuando las imantaciones hagan caer en la trampa a las estrellas
cuando el amor y la muerte sean
un solo coralillo vuelto a soldar alrededor del brazo sin brazalete
sin hollín
sin defensa
batucada del río crecido de lágrimas de cocodrilos y de fuetes al garete
batucada del árbol de serpientes de los danzarines de la pradera
de rosas de Pensilvania mirando a los ojos a la nariz a las orejas
a las ventanas de la cabeza cortada
del guillotinado
batucada de la mujer de los brazos de mar de la cabellera de manantial submarino
la rigidez cadavérica transforma los cuerpos
en lágrimas de acero
todas las fasmas foliáceas hacen un mar de yucas azules y de balsas
todos los fantasmas neuróticos se han desbocado
batucada
cuando el mundo sea de abstracción seducida
de retoños de sal gema
los jardunes del mar
por la primera y última vez
un mástil de carabela olvidada arde almendro del naufragio
un cocotero un baobab una hoja de papel
una apelación sin lugar
batucada
cuando el mundo sea una mina al aire libre
cuando el mundo tenga la altura del puente de mando
mi deseo
tu deseo
conjugados en un salto en el vacío respirado
delante del alero de nuestros ojos revienten espumeantes
todos los polvos de soles poblados de paracaídas
de incendios voluntarios de oriflamas de trigo rojo
batucada de ojos podridos
batucada de ojos de melaza
batucada de la mar doliente encostrada de islas
el Congo es un salto de sol naciente en la punta de un hilo
un balde de ciudades sangrantes
un manojo de toronjil en la noche forzada
batucada
cuando el mundo sea una torre de silencio
donde seremos la carroña y el buitre
todas las lluvias de papagayos
todas las dimensiones de chinchillas
baticada de rotas trompas de párpado de aceite de virulentos chorlitos reales
batucada de la lluvia matada hendida finamente de orejas enrojecidas
purulencia y vigilancia
habiendo violado hasta la transparencia el sexo estrecho del crepúsculo
el gran negro del amanecer
hasta el fondo del mar de piedra agrietada
espera los frutos de hambre de las ciudades engarrotadas
batucada
¡Oh! sobre el último vacío
-salpicante salpicado-
hasta la rabia del paisaje
¡las terminantes órdenes de una sangre severa!
Y el navío voló por encima del cráter en el umbral mismo de la hora surcada de águilas
y el navío avanzó en haces tranquilos de estrellas errantes
en haces leonados de muelles cortados y de panoplias
y el navío soltó una andanada de ratones
de telegramas de cauris de huríes
un danzarín wolof bailaba de puntillas y emitía señales
en la punta del mástil mayor
toda la noche se le vio bailar cargado de amuletos y de alcohol
saltando a la altura de las estrellas carnosas
un ejército de cuervos
un ejército de cuchillos
un ejército de parábolas
y el navío combado soltó un ejército de caballos
A medianoche la tierra se adentró en el canal del cráter
y el viento de diamantes tendido de sotanas rojas
fuera del olvido
sopló cascos de caballo cantan la aventura de la muerte a su voz de leche
sobre los jardines del arco iris plantado de algarrobos
batucada
cuando el mundo sea un vivero donde pescaré mis ojos al sedal de los tuyos
batucada
cuando el mundo sea el látex de largo recorrido de carnes del sueño bebido
batucada
batucada de oleajes y singultos
batucada de sollozos escarnecidos
batucada de búfalos asustados
batucada de desafíos de avisperos de color de carmín
en la rapiña del fuego y del cielo esfumado
batucada de manos
batucada de senos
batucada de los siete pecados decapitados
batucada del sexo de beso de pájaro de huida de pez
batucada de princesa negra con diadema de sol que se funde
batucada de princesa atizando mil guardias desconocidos
mil jardines olvidados bajo la arena y el arco iris
batucada de la princesa con muslos de Congo
de Borneo
de Casamancia
batucada de noche sin centro
de noche sin labios
portando por corbata el velamen de mi galera sin nombre
de mi pájaro de bumerang
he lanzado mi ojo en el vaivén de mar en la Guinea de la desesperación y de la muerte
todo lo extraño se solidifica en la isla de Pascua, isla de Pascua
todo lo extraño tajado de caballerías de la sombra
un arroyo de agua fresca corre en mi mano sargazo de gritos fundidos
Y el navío desarbolado ahondó en los sesos de las noches obstinadas
mi exilio-minarete-sed-de-ramas
batucada
Las corrientes rodaron racimos de sables de plata
y de cucharas de basca
y el viento agujereado por los dedos del sol
rapó con fuego las axilas de las islas de pelo de espuma
batucada de tierras preñadas
batucada de mar amurallada
batucada de villas jorobadas de pies podridos de muertos deletreados en la inaceptables desesperanza del recuerdo
Basse Pointe, Diamant, Tartane y Caravalle
siclos de oro, garlopas de flotación asaltadas de gavillas y neguillas
sesos tristes arrastrados por orgarmos
armadillos nebulosos
¡O los krúmenes chocarreros de mi barra!
el sol ha saltado de las grandes bolsas marsupiales del mar sin claraboya
en plena álgebra de cabellos postizos y de vías sin tranvía;
batucada, los ríos lagartean en el yelmo desprendido de los barrancos
las cañas se bambolean a los bandazos de la tierra en crecimiento de joroba de camella
las ensenadas desculan con luces irresponsables las vejigas sin reflujo de las piedras
sol, ¡a las gargantas!
negro chillón, negro matancero, negro corsario batucada despliegue de especies y de moscas
Dormida manada de yeguas bajo el bambucal
sangra, sangra manada de carambas
Asesino te indulto en nombre de la violación
Te indulto en nombre del Espíritu Santo
Te indulto con mis manos de salamandra
El día pasará como una ola con las ciudades en bandolera
en su morral de conchas henchidas de pólvora
Sol, sol, roja serpentaria asomada a mi trance
el río de azagayas que los hombres llaman mi cara
el río de pie alrededor del mundo
golpeará la roca artesiana de un centenar de estrellas de monzón
Libertad, mi únco pirata, agua de año nuevo, mi única sed
amor mi único sampán
haremos escurrir nuestros dedos de risa y de calabaza
entre los dientes helados de la Bella-durmiente.
De Las armas milagrosas