domingo, 26 de abril de 2015

NUEVA DELICIA SURREALISTA: "TRISTAN TZARA Y EL HOMBRE APROXIMATIVO"

[Por razones de fuerza mayor el acto no se pudo realizar en la fecha anunciada por lo que tendrá lugar el jueves día 21 de mayo. El Piojo Eléctrico ruega disculpen esta alteración de planes.]

El miércoles 29 de abril, a las 20,30 horas, en la librería La Delicia de Leer, el Piojo Eléctrico nos ofrecerá una nueva versión de las Delicias Surrealistas, en esta ocasión dedicada a Tristan Tzara y su Hombre aproximativo.

Todo comenzó en febrero de 1916 en el Cabaret Voltaire de Zurich. En ese espacio tan alejado de las veladas anodinas de los “cafés literarios”, Tristan Tzara, junto a sus amigos Hugo Ball, Richard Huelsenbeck, Marcel Janco y Hans Arp, fundaría el más subversivo, furioso e iconoclasta de los movimientos de vanguardia del siglo XX: Dadá. El movimiento dadaísta expresaba la necesidad de un cambio radical en el plano intelectual, social y artístico, denunciando al mismo tiempo la carnicería de la Gran Guerra y el hundimiento de los valores de la sociedad occidental. A través de sus “performances”, en las que mezclaban espontáneamente el teatro, la música y la danza con resonancias tribales, el canto improvisado y la poesía simultánea, o la lectura de manifiestos cuyo contenido escandalizaba a los burgueses ilustrados, los dadaístas dirigían un ataque frontal contra todos los sistemas culturales y artísticos de la época: “Estoy contra todos los sistemas -escribiría Tzara-; el más aceptable de los sistemas es no tener por principio ninguno”. Y añadía: “¡Basta de academias cubistas y futuristas, laboratorios de ideas formales”, incluyendo entre ellas al propio movimiento dadaísta: “¡Desconfiad de dadá!”, decía un sarcástico Tzara.


Tzara retratado por Lajos Tihanyi

Tras la disolución en 1919 del grupo de Zurich, Tristan Tzara entra en contacto con los miembros de la revista Littérature, órgano del incipiente movimiento surrealista, trasladándose poco después a París. Allí intentará dar un nuevo impulso al dadaísmo, pero chocaría con André Breton quien le acusaría de un nihilismo estéril y de un efectismo de barraca de feria. La ruptura no le impedió proseguir su camino y en 1924 publicó -casi como un ejercicio póstumo del movimiento- los Siete manifiestos Dadá, que reunía los textos difundidos en las manifestaciones de Zurich y Paris, y el Pañuelo de nubes. Pero Dadá ya había muerto y el Surrealismo tomaba su relevo.

A partir de 1929, Tzara empezó a colaborar regularmente en El surrealismo al servicio de la revolución, donde publicaría su importante “Ensayo sobre la situación de la poesía”, en el que retoma la distinción señalada por Jung entre el pensamiento dirigido y el pensamiento no dirigido. Tzara ve una oposición, claramente atestiguada desde el romanticismo, entre la poesía como “medio de expresión”, que participa del pensamiento dirigido o lógico, y la poesía como “actividad del espíritu”, que pertenece al pensamiento no dirigido (sueños y ensoñaciones, fantasía e imaginación), y no sólo como un producto escrito procedente del subconsciente sino como una manera de vivir y, en su punto más extremo, sueño proyectado en la acción. Según Tzara, esta contradicción no podrá ser dialécticamente superada más que por una revolución social que libere a todos los hombres de la servidumbre del trabajo y los conduzca a vivir una poesía hecha por todos, no por uno solo, según la expresión de Lautréaumont.

Retrato de Tzara por Lajos Tihanyi

En 1935 rompió definitivamente con el surrealismo y se afilió al Partido Comunista, participando activamente en la defensa de la República española. Al desencadenarse la Segunda Guerra Mundial, Tzara se refugia en el sur de Francia, formando parte de la Resistencia intelectual antinazi. Durante la posguerra las condiciones sociales y culturales habían cambiado profundamente, y como consecuencia de ello Tzara empezó a considerar la poesía de una forma totalmente distinta, en la que rebeldía, el escándalo y el rechazo sistemático son sustituidos por un mayor lirismo y compromiso social. El sentido de esta evolución puede observarse en sus obras posteriores, como Mediodías ganados, 1939; La huida, 1947; Hablar solo, 1950; o El rostro interior, 1953; obras que, sin embargo, nada aportaron a lo que había representado la figura de Tristan Tzara para la cultura europea de vanguardia del siglo XX.

El hombre aproximativo, redactado entre 1925 y 1930, y publicado en 1931, es un libro intenso y complejo y, sin duda, la mejor obra poética de Tristan Tzara, escrita justamente en su período surrealista. Se trata de una experiencia cosmológica de reconstrucción del mundo, buscando una reconciliación entre lo que el hombre concreto es -dentro de una vida incoherente y miserable- y lo que debe tratar de rescatar del hombre primitivo -su mirada salvaje e infantil- para hallar el “hombre aproximativo” que habita en su interior, y que sólo logrará a través de la realidad poética. Es un libro que rompe con todos los límites de la expresión, donde la escritura automática y la ausencia de puntuación descubren nuevas correspondencias y significados en versículos polisémicos construidos como collages y con un ritmo claramente musical de repeticiones y fraseo.

Un libro para leer y releer continuamente.

Más:

EL HOMBRE APROXIMATIVO (fragmentos) por Tristan Tzara

 ***********

hombre aproximativo como yo como tú lector y como los demás

montón de carnes ruidosas y de ecos de consciencia

completa en el solo pedazo de voluntad tu nombre

transportable y asimilable pulido por las dóciles inflexiones de las mujeres

diversos incomprendidos según la voluptuosidad de las corrientes interrogativas

hombre aproximativo que te mueves por las imprecisiones del destino

con un corazón como maleta y un vals a modo de cabeza

vaho sobre el frío espejo tú te impides verte a ti mismo

grande e insignificante entre las joyas de escarcha del paisaje

sin embargo los hombres cantan en corro bajo los puentes

del frío la boca azul contraída más allá de la nada

hombre aproximativo o magnífico o miserable

en la niebla de las castas edades

habitación barata los ojos embajadores del fuego

que cada uno interrogue y atienda en el forro de caricias de sus ideas

ojos que rejuvenecen las violencias de los dioses aleves

saltando al desatarse los muelles dentales de la risa

hombre aproximativo como yo como tú lector

tienes entre tus manos como para lanzar una bola

cifra luminosa tu cabeza llena de poesía



Tristan Tzara, El hombre aproximativo (1931)

miércoles, 8 de abril de 2015

NUEVA DELICIA SURREALISTA: DE MANIFIESTOS SURREALISTAS O LA SUBVERSIÓN ENAMORADA


“Las contradicciones forman la esencia misma del pensamiento de Breton, constituyen su dialéctica del pensar, y ellas lo hacen particularmente vivo; pero nada en estas contradicciones es gratuito; todas confluyen en una última coherencia; todas concurren a darle su sentido definitivo. Los tres manifiestos que aparecen en este volumen tienen una significación distinta. El primero es expositivo, en él se presentan los principios del surrealismo y se revela una particular técnica poética, mejor dicho una técnica general para la creación, la interpretación de la vida y la utilización de los verdaderos instrumentos del conocimiento. El Segundo manifiesto plantea la importancia del surrealismo como concepción ética, y es en gran parte polémico. Quizás esa polémica peque por demasiado violenta, y quizás haya en ella un exceso de interpretaciones de hechos ocasionales que el tiempo ha demostrado erróneas, pero de todos modos es el documento de un estado de espíritu, de un modo apasionado y viviente de ser testigo del mundo y de lo que en él acontece. Este modo de vivir con pasión lúcida es el lema de un hombre que todo lo ha sacrificado a esa pasión y a esa lucidez. Los Prolegómenos a un tercer manifiesto significan finalmente un balance del surrealismo en sí, y del surrealismo en su confrontación con el estado de la sociedad actual.”

Aldo Pellegrini, Buenos Aires, mayo de 1965 (Prólogo de Manifiestos del Surrealismo, Ed. Argonauta, año 2012)





El piojo eléctrico, secuaz impertinente del surrealismo postmoderno, presenta el jueves 9 de abril una Delicia Surrealista donde todos saben,  y con un plato cargado de diodos: ha decidido contribuir al debate de los manifiestos con estos

APUNTES A UN MANIFIESTO PRESENTE DEL PIOJO ELÉCTRICO
I
DEVENIR Y EXPERIENCIA DEL COLAPSO

Artificio Artilugio Artefacto: La triple A de la Civilización reconstituye la condición humana. Su exterior se revuelve interior, decoración de neuronas sin neurosis, apéndices autómatas, reproducción asistida, fósiles cancerígenos, ciudades en latencia ovípara.

Libertad es poder desposeído y desposesivo. Libertad de crear y de amar en un tiempo simultáneo y único, siendo como es la vida múltiple y diversa. Cada cual no es más que brizna arrancada a la tierra, vegetal portentoso que necesita de la humedad escasa de otras briznas para desarrollarse y crecer, sin lo cual se vuelve paja. Pues está la razón seca y la intuición húmeda, el pensamiento estéril, reglado y convenido y la imaginación fecunda, gozosa y desenvuelta.




Abunda la literatura de yoes muertos y puritanos héroes, de fórmulas marchitas, de engalanados premios, de mostrencos serviciales: literatura a crédito y de abusivos intereses, escribientes que regurgitan cadáveres y diosecitos pálidos, que muestran sin pudor sus heces claras, oscuras, sus dolores de bilis, sus enfermedades hueras.

Literatura es obsolescencia programada por los imbéciles de las Reales Academias e institutos similares: Ni la realidad es pudorosa ni escamoteable a la dinámica de la expresión sin arrobos. Ni el academicismo se impone a la vorágine de las generaciones. No hay institución capaz de eliminar sus propios estereotipos, ni tiranía de expertos que nos persuada de su sintaxis.

Aquí pues un proyecto de manifiesto, y para lo que sirve: para reclamar la atención de los hastiados por la proliferación de los imbéciles, que pueblan el paisaje desde la ponzoña de los gobernantes corruptos hasta la mediocridad acomodada de quien se cree feliz con una dosis de alienación envasada.

Pero lo maravilloso sigue agazapado en los vertederos, gemas ocultas brillando en la oscuridad de las alcantarillas como ratas al acecho de imposturas, venenos excitantes de cardíacos placeres, glifos que maúllan a la luz de unos ojos reflectantes, titanes enanos que pronuncian palabra vírgenes: Saeh – Veta – Ozone – Bla – …

Lo maravilloso se muestra en el trasfondo, en los límites rebasados, en el desquicio de las interrogaciones agudas, en la trashumancia de las exclamaciones. Hay que zambullirse en el abismo para zafarse del colapso que se barrunta. ¡ Devastemos los altares de los burócratas, de los plutócratas, de los propietarios de intelectos ! Lo maravilloso no necesita de templos ni de dioses, en cualquier rincón expresa su orgullo. El orgullo de las contradicciones y la emoción en los contrastes. El orgullo de la hilazón yuxtapuesta, del acorde sincopado. ¡ Sí, la lógica maravillosa de lo sorprendente y del desorden fecundo ! La lógica del azar o claridad difusa o borroso destello o intermitente cuásar.

Rechacemos entonces las redes de la mentira, los rostros descarnados, los telares ilusos, las pócimas del ruido. Preferible es narcotizarse, emborracharse, alucinar sin tapujos, refreir lo leído, cantar a lo humano caído, optar por el suicidio, loar la desesperación del olvido. Vomitemos las luces sin sombras, las élites movibles, las jerarquías líquidas y el arte sin esquinas. Preferibles son las lágrimas del tiempo, los despistes cotidianos, las quemaduras de tabaco, los arañazos del celo, las pasiones frenéticas, los vértigos compartidos.

Hay sinrazones para crear y razones para amar, y ambas son la libertad de escudriñar lo que nos ata y lo que nos inquieta. Amar la ansiedad de soñarse vivo. Crear el prodigio de un mar plagado de flores, la música aromática de los colores, el swing noctámbulo de la carne tibia, el zumbido airado de los desposeídos.

Un misterio no evidente, es la belleza. Y sólo la poesía la muestra pródiga e imperfecta.

II
NI XS

Ni Prístina Pobreza
Ni Palos Patéticos
Ni Palíndromos Privados
Ni Porquerías Plásticas

Ni Prímula Soterrada Opípara Estadística
Ni Pústula Satisfecha Oblicua Empalagosa
Ni Promesa Sombría Ondina Estrujada
Ni Parapentes Sin Ortigas Ebrias

Ni Palanganas Ni Pócimas
Ni Péndulos Ni Perfumes
Ni Pacemos Ni Preñamos

Ni Sal Si Puedes

Ni Iris Urticario
Ni Ibis Urológico
Ni Intimidad Untuosa

Ni Volantes Trémulos Lípidos Pasquines

Ni Cólumes Ni Cándidos
Ni Cánoros Ni Crísticos
Ni Cartógrafos Ni Cortocircuitos

Ni Ufanas Pescadillas Destripadas
Ni Últimos Primates Delicados

Ni Tú Ni Yo Servimos Calabozos
Ni Tu Ni Yo Siseamos Cadenas
Ni Tú Ni Yo Sumamos Calabazas

III
TIPOLOGÍA SARCÁSTICA

Manifiestos-del-surrealismoestán personas a las que llaman poetas, poetisas y poetisos: o son esporádicas y descreídas -pues escriben cuando una espora les alcanza repentina, y esto sucede o con frecuencia o casi nunca, no hay término medio-; o son creyentes y ejercen poéticamente su cadena perpetua.



Están personas que se llaman poetas, poetisas o poetisos: una mayoría escribe sólo durante su inmadurez, y si no consiguen desprenderse de su infancia protegida mantendrán el título hasta su muerte, y otras pocas habrá que sólo escriban cuando cierto espacio-tiempo les invite o les provoque

está quien ejerce de poeta, poetisa o poetiso y también está quien se ejercita como tal, siendo ambos casos transversales a quienes denominan tales y a quienes se autonombran cuales, pues apenas se distinguen en su grado de vanidad o de humildad: quien ejerce no es que escriba mucho o excelsamente si no que practica con pasión su pretenciosa autoridad de principiante; quien se ejercita puede escribir un montón y hasta extremadamente potable pero también suele sufrir muchas inseguridades de obcecado incomprendido

esta tipología nada tiene que ver con lo escrito, si no con quien escribe… aunque, sin embargo, pero y… quizás, a veces, puede que… quien

se empeña en transmutar su infelicidad en palabras, quien
dicta por sí y para sí su yo como emblema, quien
se empecina que su cuarto su coche o su calle es
más o -mayestáticamente- menos
que el tiesto el patio o la cocina del vecino, quien
proclama sus amores como quien vende pechugas, quien
decide que su ‘alma’ es el ‘ánima’ del mundo, quien
revela verdades de perogrullo, quien
postula que la pústula del meñique izquierdo de su pie derecho es
digno de un drama místico, quien
se afana en jugar con vocablos intangibles
como luz silencio los cuatro elementos o los cuatro puntos cardinales, quien
airea su epidermis y analiza su sinsentido, quien
cita y se cita y recita y nos predica, quien
metapoetiza y enuncia esencias redichas, quien
cree que los versos desalienan mentes y
transforman realidades, quien
politiza y despolitiza según sea el
espíritu del tiempo, quien finalmente
hace de la academia su refugio…sea la fundación zorrillo
o la casa de clamores y cánticos

bueno, en fin, a caso… será escriba poemática, pero
seguro es que nada de lo suyo nos incumbe.