
lunes, 30 de abril de 2018
AVISTAMIENTOS DE AVUTARDAS (XXXVI)

domingo, 29 de abril de 2018
AVISTAMIENTOS DE AVUTARDAS (XXXV)
Las lluvias de abril han tenido tales consecuencias para la fauna y flora de la meseta que las avutardas están pensando en abrir un acuapark. Ya se sabe: siempre hay que buscar el lado lúdico de los sucesos calamitosos.
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

jueves, 12 de abril de 2018
AVISTAMIENTOS DE AVUTARDAS (XXXIV)
Las lluvias de abril han afectado al páramo de tal manera que las avutardas se están planteando abrir un club náutico. Ya se sabe: en medio de la pertinaz sequía producida por el calentamiento global, tan sutil paradoja hay que tomársela con deportividad.
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

miércoles, 4 de abril de 2018
AVISTAMIENTOS DE AVUTARDAS (XXXIII)
Las lluvias de abril han reverdecido el páramo. Gracias a ello, las avutardas pueden jugar al fútbol, al hockey y al rugby contra los topillos. Para compensar la inferioridad de tamaño, los equipos de topillos son más numerosos. Alrededor del evento, las comadrejas venden alcohol y drogas de la manera más descarada, a plena luz del día, ante familias enteras de avutardas y topillos. Desde luego, el páramo ya no es lo que era.
Las lluvias, no obstante, también han dejado un terreno embarrado por lo que las avutardas se las ven y se las desean cada vez que tienen que hacer maniobras militares. La visión de cientos de avutardas con botas de agua y armadas hasta los dientes atascadas en el lodo es a menudo dantesca.
Según la prensa, uno de los más sintomáticos efectos de la pertinaz sequía son las inundaciones. Claro que hay cerebros tan toscamente constituidos que son incapaces de captar esta sutil paradoja.

martes, 27 de marzo de 2018
AVISTAMIENTOS DE AVUTARDAS (XXXII)
Cuando la meseta se puebla de flores siempre hay alguna avutarda que se acerca a un diente de león, lo sopla esparciendo su suave pelusa al viento perfumado por la lavanda y el tomillo, y formula un deseo:
“Quiero tener sonrisa de ornitorrinco”
“Quiero matar de cosquillas a la mujer de un banquero”
“Quiero orinar en el mismo retrete que el Papa”
“Quiero salir a cazar monarcas alcoholizados”
“Quiero morir disfrazada de cowboy”
“Quiero gritar hasta quedarme descolorida”
“Quiero centellear como una catedral en llamas”
“Quiero que descarrile el cosmos”
“Quiero rodar por el orbe como un diente de león”
“Quiero ser un cortacésped”
Etc.

miércoles, 21 de marzo de 2018
AVISTAMIENTOS DE AVUTARDAS (XXXI)
Un agricultor dice haber visto avutardas en traje de camuflaje y envueltas en ramajes deambulando por el páramo. Pronto se corre la voz por la comarca habitada por la avutarda y un equipo de periodistas de un diario liberal e independiente de gran tirada se desplaza al lugar a entrevistar al testigo de tan extraordinario suceso. Al día siguiente la comarca de la avutarda se despertó con este titular en la portada del prestigioso diario: “Lugareño detecta avanzadilla de invasión militar rusa en el páramo”.
Después de semejante pieza de periodismo de investigación, sus autores han sido postulados para el Pullitzer por su valiosa labor demostrando de manera inequívoca, y para escarnio de conspiranoicos, que la injerencia rusa es real y no una engañifa para domesticar a las masas. También se han planteado organizar una ONG para denunciar la manipulación mediática en los incivilizados países emergentes.
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

lunes, 19 de marzo de 2018
AVISTAMIENTOS DE AVUTARDAS (XXX)
Primera flor del almendro. La avutarda macho la coloca sobre la cabeza de la avutarda hembra y brilla como un sol que renace de las cenizas de las lumbres del invierno y empieza a derretir la nieve dormida en lo alto de las redondeadas lomas del páramo. Los arroyos hacen sonar mil flautas. El color vuelve a la naturaleza coincidiendo con el equinoccio de primavera. A lo lejos las aldehuelas diseminadas por la planicie como blanquecinos guijarros parecen multiplicarse como brotes de rosal silvestre. El viento frío se refugia en su nido en lo alto de un ruinoso campanario. Mamá avutarda saca a sus retoños a pasear pero éstos ya no encuentran hielo ni nieve para deslizarse. La escarcha también se ha batido en retirada. Los polluelos, no obstante, se quedan boquiabiertos de estupor: a los matorrales y arbustos de la llanura le han salido patas.
Por el áspero páramo cientos de avutardas hacen maniobras militares en sus uniformes de camuflaje. A este atuendo le han añadido ramas de brezo y espliego para acercarse al enemigo sin ser detectadas. Bajo este ramaje, sus cabecitas provistas de esos ojos como prismáticos y un abundante arsenal compuesto por revólveres, granadas, rifles de francotirador, fusiles de asalto, ametralladoras, bazucas, morteros, diversas piezas de artillería, carros de combate y tanques. Abriéndose camino en el barrizal dejado por el deshielo, las avutardas son instruidas en tácticas de guerra de guerrillas para ser usadas en el momento decisivo en el que asesten un golpe certero a la vanidad humana.
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

Suscribirse a:
Entradas (Atom)